Morrissey reveló qué lo obligó a cancelar sus conciertos en Perú
Morrissey reveló qué lo obligó a cancelar sus conciertos en Perú

El cantante Morrissey publicó una carta donde contó a sus fans qué alimento lo obligó a cancelar sus conciertos en Lima.

"No puedo expresar en palabras la pena que siento por no cumplir con mi querido Perú. Oh nube negra. Luego de tan querida y vigorosa bienvenida en Lima, el mal se dio a conocer en un simple restaurante mediante un plato de pasta penne con salsa de tomate", reza la misiva que el cantante publicó en , el sitio web que recoge sus declaraciones oficiales.

Morrissey narra que tres horas después de ingerir los alimentos, él y su guardaespaldas colapsaron "ante una enfermedad mortal y delirante que nos mandó a reposo absoluto" por cinco días y que luego de eso "la supervisión médica pudo, con las justas, controlar el envenenamiento por la comida tan tóxica".

Asimismo, reveló que estará bien para los conciertos de Argentina y Brasil pero no sabe "qué pasará" con el concierto que debía realizar en su "amado Chile".

También dijo que su "humillación y mortificación personal es tan descomunal que no puede llegar a ser medida".

"Todos vivimos a la merced del azar biológico y, aunque yo no me refugio en clichés, reitero mis muy serviles disculpas a todos y cada uno que ha mochileado para llegar al Perú. Desgraciadamente, la nube negra realizó el mismo viaje. Cada año que pasa nos acerca más y más a nuestro fin, pero yo continuaré buscando a quien me quiera escuchar hasta que me encuentre muerto dentro de una zanja", finaliza la misiva del músico.

Esta es la traducción completa de la carta de Morrissey (Traducción: Victoria Pina)

No puedo expresar en palabras la pena que siento por no cumplir con mi querido Perú. Oh nube negra. Luego de tan querida y vigorosa bienvenida en Lima, el mal se dio a conocer en un simple restaurante mediante un plato de pasta penne con salsa de tomate. Tres horas después, tanto mi guardaespaldas Liam y yo, colapsamos ante una enfermedad mortal y delirante que nos mandó a reposo absoluto. Cinco días de constante supervisión médica pudo, con las justas, controlar el envenenamiento por la comida tan tóxica. Conozco mi suerte muy bien, la tristeza siempre reemplaza a la dicha. Justo tenía que ser yo.

Regresé a Los Angeles y a la gran supervisión de mi doctor, Jeremy Fine, quien asegura que estaré bien para los próximos shows en Argentina y Brasil. No sé qué pasará con mi amado Chile. En el calor de las cancelaciones y aplazamientos, la humillación y mortificación personal es tan descomunal, que no puede llegar a ser medida. Si mi espíritu continúa decayendo, ya no podré encontrar dignidad para tener la cabeza en alto. Todos vivimos a la merced del azar biológico y, aunque yo no me refugio en clichés, reitero mis muy serviles disculpas a todos y cada uno que ha mochileado para llegar al Perú. Desgraciadamente, la nube negra realizó el mismo viaje. Cada año que pasa nos acerca más y más a nuestro fin, pero yo continuaré buscando a quien me quiera escuchar hasta que me encuentre muerto dentro de una zanja.

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