Aceptar el reto de encarnar a Flora Tristán en el cine, una mujer adelantada a su tiempo, escritora y feminista francesa de ascendencia peruana, fue todo un desafío para Paloma Yerovi. La actriz, no se amilanó, al contrario, se inspiró en ella para aceptar la propuesta y dejar los temores a un lado. A unas semanas del estreno de “La herencia de Flora” dirigida por Augusto Tamayo, la actriz no disimula su ansiedad. “Me siento emocionada, porque es una historia, que además, me llena de manera muy emotiva. Tengo también mucha expectativa con lo que va a pasar con el público, sobre todo con las mujeres que vayan a verla”, dice Yerovi.
¿Definitivamente, ser Flora Tristán en el cine fue todo un reto en tu carrera?
Sí, lo tomé como un reto como actriz y también como mujer, porque justamente lo que yo no quería hacer, era un personaje de lámina escolar, me venía a la memoria esas láminas de las librerías de los años 90, donde se veían a los héroes como petrificados. Yo siempre quise interpretar a un Flora humana, que tenga todos los grises, los contrastes que tenemos todos.
Flora Tristán fue una mujer con muchos matices, con una vida muy intensa, ¿cómo fuiste construyendo el personaje que veremos en el cine? Fue de manera natural, partí de los textos que leí sobre ella, y sobre todo de los textos que ella había escrito. Es un privilegio tener que interpretar un personaje que escribió sobre sí misma. Su “Peregrinaciones de una paria” es un diario de viaje, en el que cuenta todo lo que ella siente, qué no le gusta, qué le gusta, lo que piensa, todas sus emociones están escritas allí. Entonces eso para mí fue una fuente importante.
Tras investigar sobre Flora, ¿qué es lo que descubriste en su esencia?
Que fue una mujer con mucha fortaleza, pero a la vez una mujer con mucha vulnerabilidad también, me llamó mucho la atención descubrir de cómo ella se expone en toda su vulnerabilidad, para lograr lo que ella quería. Flora quería conseguir este mundo nuevo para la mujer, igualdad de oportunidades, lo que ahora muchas podemos hacer, pero todavía no todas.
Una mujer adelantada a su tiempo ¿No?
Una mujer totalmente adelantada a su tiempo y además sola. Ahora hablamos de eso, en los movimientos “Ni una menos”, en nuestra vida cotidiana, pero ella lo hizo sola, era la única que hablaba de eso en su momento, y se enfrentó a todo, se enfrentó al mundo, para poder abrir el camino que nosotros estamos viviendo.
Trabajar con Diego Bertie en lo que se convertiría su última película con un rol principal, es una experiencia que no olvidarás.
Desde el primer instante que lo llamé, porque yo le di la noticia de la película, él se conmovió con el personaje, empezó a investigar sobre el Capitán Chabrié, que es un personaje que existió. Diego siempre se sintió conmovido con él y hasta le escribió una canción a la película que en algún momento se va a lanzar. Con Diego nos recitábamos los libretos por el whatsapp, disfrutamos del tiempo, nos matábamos de risa, me decía Flora, Flora, así con su voz tan hermosa; él amaba la película y su personaje.
Será conmovedor verlo... Sí, además que el personaje es también muy conmovedor, es muy fuerte, pero a la vez también muy frágil, y romántico. Está extraordinario, Diego. Toda esa nobleza que tiene como actor, está. Yo siempre lo admiré.
Nadie imaginó que partiría de una forma abrupta.
Estaba lleno de vida, haciendo proyectos, entusiasmado, yo me estaba yendo a vivir a Buenos Aires, y compartimos algunos datos para hacer cosas juntos. Diego tenía muchos proyectos, muchos temas que quería hacer, había vuelto a su música, le daba ilusión la película. Yo creo que él estaba en un momento de plenitud.
A unos días del estreno de la película, ¿cuál consideras que es la herencia que nos dejó Flora Tristán?
La herencia que ha dejado, sobre todo para las mujeres, es de reconocernos como tales en nuestra vulnerabilidad, y también en nuestra fortaleza. Y creo que su legado nos ayuda a confiar en nosotras, en nuestras ideas, en nuestros ideales que nos hace más fuertes, y sobre todo. marcó el camino que ella empezó para seguirlo nosotras, casi 200 años después.