Si llegaron a probar los productos de Ehne Deli previo a la pandemia, es muy probable que conozcan el impecable trabajo de Ricardo Ehni y su cocina.
Es un espacio en Miraflores donde el producto era cuidado al extremo y elaborado de la mejor y más deliciosas formas. La pandemia, como le pasó a muchos, replanteó un poco el curso de sus vidas, Ehne cerró sus puertas como espacio y aunque sigue vendiendo algunos de sus productos a ciertos lugares en menor escala, Ricardo dio un paso más allá y aceptó el reto de regentar la cocina del Café del Museo Larco en un momento donde los aforos estaban aún complicados y las puertas del museo recién empezaban a abrirse al público nuevamente. Hoy el café ha crecido, su hermosa terraza llena de verde y aire puro en medio del caos limeño se ha vuelto un atractivo para muchos comensales locales que buscan disfrutar de una buena comida al aire libre en compañía de amigos o seres queridos. Y siempre ha sido una agradable opción para los turistas que poco a poco vuelven a llegar a nuestro país y visitan este interesante museo. La carta tiene por obvios motivos mucho sabor peruano, pero la técnica y cuidado que Ehni ha aportado a ésta se sienten en todos los platos que pudimos probar. La carta. Comienza con unos bien servidos piqueos que incluyen una cremosa causa de langostinos, una clásica papa a la huancaína, solterito novoandino, servido con quinua graneada, aceitunas, rocoto, tomate y habas.
VARIEDAD. Los tequeños vienen rellenos de queso andino, el ceviche limeño se sirve con pesca del día y pulpo. Hay unas jugosas conchas a la parrilla, en este plato se podría bajar ligeramente el dulzor de la salsa para que no opaque la concha. Los espárragos a la parrilla llegan a su punto. Y si busca una opción para compartir, el piqueo limeño incluye tamal verde, causa rellena de pollo, yucas a la huancaína, anticucho de lomo y pastel de choclo. Perfecto para probar una amplia variedad de sabores locales.
Hay también dos sánguches, uno criollo con lomo, cebollas y tomate salteado; y otro de asado. También podrá encontrar una contundente hamburguesa o un tan reconfortante club sandwich. Dentro de las pastas los ravioles de ají de gallina son una buena opción, así como el spaguetti a la huancaína con langostinos. Los platos de fondo son tema aparte, el lomo saltado es un clásico de la casa, así como la versión servida con tacu tacu. Mención importante al ceviche caliente de pato.
Servido con yucas fritas y arroz; igual que el sudado moche de pesca del día. En cuanto a los postres, muy bueno el brownie de chocolate servido caliente y con una cremosa bola de helado de vainilla.
Muy sabroso el Crème brûlée pero el punto de la crema pudo tener una mejor consistencia. Importante mencionar que el local cuenta con espacio para amplias reservas y privados. En caso de que vayan con un grupo grande. Sin duda un espacio maravilloso, lleno de tranquilidad y naturaleza, pero sobre todo con una comida peruana confortable y llena de sabor que estamos seguros les va a encantar.