La Semana Santa en Ayacucho es considerada la mayor festividad religiosa cristiana del Perú y la segunda más imponente del mundo, después de España, y pese a la pandemia del COVID-19, esta histórica ciudad sigue siendo uno de los destinos preferidos por su tradición y gastronomía.
Si estás planeando viajar a la ciudad de las 33 iglesias durante el feriado largo, en la siguiente nota te mostramos cuáles son los potajes típicos que no puedes dejar de probar durante tu visita.
CHORIZO AYACUCHANO
Este potaje se ha convertido en un plato bandera de Ayacucho durante la festividad religiosa que conmemora la vida, pasión y muerte de Jesús.
Está hecho a base de carne molida de chancho y se sirve con papas sancochadas o doradas y se acompaña con ensalada de lechuga, beterraga y zanahoria. Se puede degustar en las ferias gastronómicas y restaurantes de la zona.
PUCA PICANTE
Este emblemático platillo tiene una presencia de 300 años en la gastronomía ayacuchana. Tal es su importancia que se ha decretado el 2 de febrero como fecha para conmemorar a este potaje que antiguamente era consumido en jornadas comunales, especialmente en el techado de viviendas por sus ingredientes de bajo costo.
Está preparado a base de maní tostado molido y se sirve acompañado con chicharrón, arroz blanco y su ensalada de beterraga.
CALDO DE CABEZA
Ayacucho tiene otra delicia gastronómica como el caldo de cabeza de cordero. Su gran aporte de vitaminas y minerales lo ha consagrado como un plato para recargar energías e incluso para evitar la anemia. Lleva otros ingredientes como arroz, papas blancas peladas y se sirve acompañado de mote, yuca y hierbabuena.
CUY CHACTADO
Este plato tradicional es uno de los favoritos durante todo el año, en especial durante el carnaval ayacuchano. Ante de freír el cuy, este se adereza con maíz molido y condimentos. Se sirve con papas, choclo y lechuga.
MONDONGO AYACUCHANO
Esta deliciosa sopa está hecha a base de carne de vaca, maíz pelado, mondongo y carne de carnero, todo servido con ají panca molido y yerbabuena. El secreto de su preparación es que su cocción empieza la noche anterior para que los ingredientes tomen un mejor punto.