No solo el suspiro a la limeña, sino también el alfajor correría el riesgo de ser copiado y patentado por otros países, al menos esa es la impresión que tiene Alejandrina Sumarán Rodríguez, ferviente seguidora del dulce peruano que, así como otros tantos, es ensalzado más por los extranjeros que por los propios peruanos.
“¿Qué estamos esperando para reaccionar? Pareciera que estamos esperando que otros países lo tomen como suyo, ya que la mayoría de entidades no apoyan su difusión”, expresó Sumarán, quien es conocida por apoyar el desarrollo del helado más grande de Lima, desarrollado en el 2007.
DELICIOSO
El alfajor es uno de los dulces más representativos del Perú. Fue introducido en el país con la llegada de los españoles, posteriormente adquirió características especiales con su traslado al interior del Perú. Pese a ser bastante especial, a nivel de Latinoamérica la producción en el país aún está en pañales. En Argentina y Uruguay, el dulce alcanza niveles de exportación y masificación.
El más conocido es el de Cajamarca, por su volumen, forma y color. Para volverlo más comercial, le han agregado nuevos insumos que lo hacen más atractivo a los ojos del comensal, resaltó Ceferino Ordoño, director general de la Escuela gastronómica Esdit.
“El chileno lo compra por calidad, por motivo, por lo delicioso. Así ellos lo quieren imitar no lo pueden hacer. Da coraje porque allá le dan más valor que aquí. Ellos nos imitan, ahora lo están haciendo con la mazamorra. A eso queremos llegar. Por qué no se le da un impulso al alfajor. Cuidado con que nos lo quiten”, señaló Alejandrina.
Por lo pronto, el dulce deberá conformarse con desfilar en actividades familiares como un bocadito.
Prepararlo no demanda mayor eficiencia ni tiempo, solo técnica.
A la harina sin preparar que se encuentra en todos los hogares se le agrega además maicena, azúcar y margarina, explicó el estudiante Elar Gomez del quinto módulo del Esdit. El resultado es un dulce realmente delicioso.