Un estudio de la Universidad de Houston demostró que los niños que se dormían más tarde de las 10 de la noche o que se despertaban en varias ocasiones eran más susceptibles a sufrir ansiedad o depresión.
Además se encontró que los infantes que se dormían temprano eran menos propensos a tener mal comportamiento y hacer pataletas.
Por otro lado una investigación realizada por el psiquiatra José Ferreiro determinó que los niños debían acostarse temprano porque la hormona del crecimiento comenzaba a actuar a partir de las 12: 30 am. Esto cambiaba cuando el niño se dormía después de las 9 pues el crecimiento se veía afectado.
De otro lado, los niños que se duermen más temprano de las 9 pm. tienen mayor capacidad de retención y de resolver problemas que los que se van a la cama más tarde.