Michael y Maria Spressler fueron a celebrar su aniversario de bodas al restaurante The Lobster House, ubicado en Nueva Jersey, Estados Unidos. En el lugar, pidieron uno de sus aperitivos favoritos: una docena de almejas en media concha, sin imaginar que iban a terminar llevándose la que seguramente fue la sorpresa de sus vidas.
Sucede que, en el momento en que Maria probaba una de las almejas, se encontró con algo duro. Ella llegó a pensar que se le había roto un diente, pero al revisar descubrió que entre sus dientes había una perla de 8,8 milímetros de ancho, lo que la dejó anonadada.
“Nunca habíamos encontrado algo así, fue emocionante”, indicó la pareja en conversación con TODAY. Además, la mujer aseguró que es “un evento único en la vida, he comido docenas y docenas de almejas y nunca hemos encontrado algo así, así que fue muy emocionante”.
Ante el increíble hallazgo, el propietario del restaurante, Keith Laudeman, señaló que se trata de un suceso que “es bastante raro. Hemos visto pequeños que no son realmente perlas, pero nada como esto”.
Además, Laudeman afirmó que según lo que tienen entendido “ambos producen perlas, es más común en las ostras, pero también en las almejas y los mejillones. Es la reacción del bivalvo a los desechos o la arena”.
Lo cierto es que este raro hallazgo causó sorpresa no solo entre los involucrados, sino también en redes sociales luego de que los medios locales hicieran eco de lo sucedido.
Ahora, la pareja, que tiene en su poder una perla de miles de dólares, señala que no saben si ponerla a la venta o guardarla como un recuerdo. “Es un hermoso recuerdo de ese día y lo que tenemos es muy especial”, expresó Maria.
¿Por qué unas ostras tienen perla y otras no?
Por lo general, más del 90% de las ostras que vemos en las tiendas son cultivadas en criaderos especializados. Encontrar perlas de forma natural es igual de complicado que localizar una aguja en un pajar, hay una posibilidad entre 10.000, señala el medio COPE.
Las perlas se forman cuando un cuerpo extraño entra en el interior de la ostra, ya sea un grano de arena, un parásito o cualquier otra partícula. Al no poder expulsarlo, la ostra reacciona cubriéndola con una mezcla de carbonato de calcio y conchiolina, lo que habitualmente conocemos como nácar, que es el mismo material que recubre las paredes de la parte interior de la concha de la ostra. No es algo inmediato. Para formar una perla la ostra puede tardar hasta 10 años.
Generalmente las ostras prefieren las aguas templadas del Golfo Pérsico, Australia, Japón o Caribe.
En las perlas cultivadas lo que se hace es forzar la entrada del objeto extraño en su interior para que a partir de ahí la ostra empiece a trabajar.
Ambas, naturales y cultivadas, son auténticas, lo único que cambia es la intervención humana en su proceso. Luego están las de imitación.