La Paz. [AFP]. Las actividades en Bolivia retornaban lentamente a la normalidad este sábado tras la anunciada pausa en los cortes de rutas que provocaron escasez de insumos médicos en plena pandemia y la aprobación de una ley que fijó el 18 de octubre las elecciones generales.
“Los sectores movilizados retiran paulatinamente los puntos de bloqueo en las carreteras del país. Se confirma que la medida se levantó en un 90%”, señaló el Ministerio de Gobierno (Interior) en un comunicado.
Durante doce días, sindicatos obreros y otros movimientos de campesinos afines al expresidente izquierdista Evo Morales (2006-2019) bloquearon rutas en varias zonas del país en protesta por los tres aplazamientos de que fueron objeto los comicios a raíz de la pandemia.
“Es la segunda vez que pacificamos el país”, remarcó la presidenta interina Jeanine Áñez en un acto público de entrega de insumos médicos cumplido en Cochabamba (centro).
Las elecciones de este año reemplazan los cuestionados comicios de octubre de 2019, que derivaron en las protestas que condujeron a la renuncia de Morales tras casi 14 años en el poder. Originalmente la votación fue convocada para el 3 de mayo y luego fue movida para la primera semana de agosto, después para el 6 de septiembre y finalmente para el 18 de octubre.
Cuadrillas de mantenimiento de la Administración Boliviana de Carreteras iniciaron trabajos de limpieza para dejar expeditas esas vías sembradas de rocas y troncos. Se estima que esa labor que extenderá a lo largo de al menos tres días.
La televisión difundió imágenes de cisternas con oxígeno medicinal que llegaban a la sede de gobierno para distribuirlo entre los centros médicos que estaban en emergencia por la falta de este insumo para el tratamiento del coronavirus y de otras patologías.
Sin embargo, todavía persisten contados puntos de bloqueo. Dos en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, y otro en Cochabamba, que impide el acceso a un botadero de basura. En ambos sitios las demandan incluyen la renuncia de la presidenta Áñez.
Autoridades sanitarias temen que las protestas, ejecutadas sin respetar los protocolos de seguridad sanitaria, desaten una etapa de contagios de COVID-19.
Con una población de 11 millones de habitantes, la pandemia ha dejado en Bolivia cerca de 98.000 contagiados y casi 4.000 fallecidos.