Cardenales deciden futuro de la Iglesia Católica
Cardenales deciden futuro de la Iglesia Católica

Y finalmente llegó el día en que los 115 cardenales electores de todo el mundo tendrán que elegir al sucesor de Benedicto XVI, en medio de denuncias y acusaciones en la curia de la Iglesia Católica.

Los cardenales entrarán en la Capilla Sixtina, lugar de la elección, a la que Juan Pablo II llamó "santuario de la teología del cuerpo humano", a las 16.30 horas local (10.30 a.m. hora peruana), y tras la letanía y el canto del "Veni Creator Spiritus", con el que invocarán la ayuda del Espíritu Santo, procederán al juramento por el que se comprometerán a mantener el secreto de todo lo que se diga o haga.

LA ELECCIÓN. En la Capilla Sixtina se comprobará que no sean instalados medios de grabación o transmisión. El nuevo papa solo saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios del cuerpo cardenalicio, es decir, necesitará 77 votos para ser elegido.

La sede cerró sus puertas al público a las 13.00 horas del pasado martes 5 para iniciar los preparativos del cónclave. Desde entonces, los operarios se encargaron de colocar las dos estufas, una para quemar las papeletas de los escrutinios y otra para hacer el humo negro o blanco, y de elevar el piso para hacer un único nivel que llega al primer escalón del altar y donde se colocarán las mesas y sillas.

Durante el periodo de escrutinios, los prelados deberán abstenerse de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del Vaticano.

Según las normas, "quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro medio, incurrirían en la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica". Las reglas marcan también que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos de común acuerdo.

La forma de elección se realizará únicamente por escrutinio. Si eso no ocurre en la tarde del primer día, es decir, en la primera votación, se continuará en la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por la tarde.

SIN CANDIDATO FUERTE. El cónclave se celebra sin que destaque un candidato fuerte, aunque todas las miradas están puestas en purpurados de iglesias dinámicas y jóvenes, como la africana y la latinoamericana, y muchos aseguran que el futuro papa no será italiano por el lastre del escándalo "Vatileaks".

La elección del nuevo papa se presenta más complicada que en el anterior cónclave. En 2005, desde el primer momento despuntaron los cardenales Joseph Ratzinger, Carlo María Martini y Dionigi Tettamamzi, pero en el próximo no se ven figuras destacables y según los observadores vaticanos hay una fuerte fragmentación en el Colegio Cardenalicio.

Esa fragmentación también se ve, aseguran los vaticanistas, en el hecho de que incluso grupos fuertes, como son tradicionalmente los italianos, los estadounidense e incluso los latinoamericanos, están divididos y, de momento, no tienen un candidato que apoyar.

Los escándalos de filtración de documentos reservados de Benedicto XVI y del Vaticano, conocido como 'Vatileaks', pueden dañar las candidaturas italianas, precisan los vaticanistas, ya que la gran mayoría de los documentos desvelados se refieren a casos internos italianos y enfrentamientos entre miembros italianos de la curia.

En los últimos días, numerosos cardenales no italianos, sobre todo los estadounidenses, han requerido información en profundidad del Vatileak (la publicación de documentos que desvelaron intrigas y enfrentamientos en curia vaticana, dominada sobre todo por italianos).

Según los observadores vaticanos, buscan crear un "frente" con los latinoamericanos y africanos para impedir que el próximo papa sea italiano y tampoco europeo, continente donde el catolicismo está de capa caída.

Para ellos llegó la hora de que la Iglesia tenga un papa de África o de América, donde vive la mitad de los más de 1200 millones de católicos del mundo.

LOS PAPABLES. En esa línea, uno de los cardenales que suena con más probabilidades es el canadiense Marc Ouellet, de 69 años, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina y de la Congregación para los Obispos.

Ouellet conoce a todos los obispos, debido a su cargo, y está considerado un gran conocedor de toda la Iglesia en América.

Dentro de esa línea de "papables" procedentes de iglesias no europeas también destacan los brasileños Odilio Pedro Scherer, de 63 años y arzobispo de Sao Paulo, y Joao Braz de Aviz, de 65 años, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.

En América también destaca la figura del cardenal de Boston, el franciscano Sean O'Malley, destacado por su lucha contra la pederastia en la Iglesia.

Junto a esos purpurados sobresalen también los africanos Peter Turkson -de Ghana, con 64 años y encargado del "ministerio" vaticano para la Justicia y Paz- y Robert Sarah, guineano, de 67 años y presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, que se encarga de distribuir la caridad del papa.

En los últimos días ha subido la figura del cardenal de Manila, Luis Antonio Tagle, de 55 años.

De los africanos se resalta que provienen de iglesias jóvenes y de un continente donde la Iglesia crece y ya está madura, y del asiático que lidera el país con maor número de católicos de Asia y es un gran conocedor de las redes sociales.

Los italianos, deseosos de que el papado tras los 27 años del polaco Juan Pablo II y los casi 8 del alemán Benedicto XVI vuelva a manos de un cardenal italiano, tienen la mirada puesta en Angelo Scola, arzobispo de Milán, de 71 años, de sólida formación teológica y amplia experiencia pastoral, cercano al movimiento Comunión y Liberación.

También en Gianfranco Ravasi, de 70 años, "ministro de Cultura" del Vaticano y promotor del "Patio de los Gentiles" para impulsar el diálogo con los no creyentes.

Suena, asimismo, el austriaco Cristoph Schönborn, de 67 años, que fue alumno de Benedicto XVI y quien más le defendió cuando arreciaron las críticas al Pontífice por los casos de curas pedera stas.

Schönborn está considerado un "gran elector", es decir, capaz de dirigir el voto, al igual que el actual camarlengo, el italiano Tarciso Bertone.

El hecho de que no hayan candidatos fuertes ha propiciado que la lista de papables en vez de reducirse se amplíe y en los últimos días también se destacaba al cardenal de Guadalajara (México), Francisco Ortega Roble, y el de Budapest, Peter Erdo.