El Estado Islámico llega a las puertas de Hasaké pese a bombardeos de la coalición
El Estado Islámico llega a las puertas de Hasaké pese a bombardeos de la coalición

El grupo se encontraba este jueves a las puertas de Hasaké, en el noreste de Siria, pese a los bombardeos de la coalición internacional, que ya ha matado a 10.000 yihadistas en ese país y en Irak.

El EI se encontraba apenas a 500 metros de Hasaké, capital de provincia en manos de las fuerzas del régimen y las tropas kurdas, según la ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

La conquista de esa ciudad le permitiría al EI controlar una segunda capital de provincia en Siria después de Raqa (norte), su bastión en los extensos territorios que domina en el norte y el este del país.

De caer en manos yihadistas, se convertiría en la tercera capital de provincia perdida por el régimen de Damasco, después de Al Qaida y grupos rebeldes le arrebataran Idleb (noroeste).

"TIENEN MIEDO"

La batalla por Hasaké comenzó el 30 de mayo y continuaba el jueves en la periferia sur y sureste de la ciudad, limítrofes de barrios apoyados por el régimen.

"Varias familias de esos barrios huyeron hacia los sectores kurdos en el norte y el oeste de la ciudad", afirmó a la AFP un activista de la provincia, Arin Shekmos.

Los habitantes temen los disparos de mortero de los  sobre Hasaké, que no tiene electricidad desde la toma de la central eléctrica, añadió.

Por la tarde, el EI hizo explotar un coche bomba cerca de una posición del Ejército en el sector sur, según el Observatorio, que no pudo ofrecer un balance de víctimas. El miércoles, seis yihadistas se inmolaban en los alrededores de la ciudad utilizando coches bomba.

El diario sirio Al Watan, cercano al régimen, criticó la poca implicación de las fuerzas kurdas en la batalla, y se dijo "sorprendido de la debilidad de ciertos hermanos kurdos" a la hora de defender Hasaké.

PRESIONAR AL ASAD

En el norte del país, los bombardeos del régimen dejaron 17 civiles muertos en la localidad de Silqin (provincia de Idleb) y 14 - la mitad, niños, y cuatro de ellos, hermanos- en dos localidades de la provincia de Alepo, controlada en su mayoría por los rebeldes.

Las ONG internacionales denuncian el uso de barriles de explosivos por el ejército sirio, que desmiente recurrir a ese arma.

Según el OSDH, el régimen usa esos barriles para castigar a los civiles que viven en las zonas rebeldes, tras las pérdidas que sufrió en los últimos meses, sobre todo en el norte del país, donde Al Qaida y grupos rebeldes aliados conquistaron varias ciudades en la frontera con Turquía.

A raíz de esas derrotas, miles de combatientes iraquíes e iraníes llegaron a Siria en los últimos días para defender Damasco, afirmó una fuente de seguridad siria.

En Estambul, la oposición siria exiliada se reunió el jueves con el mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.

En un comunicado enviado a la AFP, el jefe de la coalición Khaled Khoja llamó a la ONU a "presionar al régimen de Asad para que vuelva a la mesa de negociaciones tras haber puesto trabas a varias iniciativas internacionales destinadas a encontrar una solución en Siria".

LA COALICIÓN DEFIENDE SU ACTUACIÓN

En el vecino Irak, responsables afirmaron que un bombardeo de la coalición internacional el miércoles había destruido una base en la que el EI fabricaba coches bomba en Hawija, a unos 225 kilómetros al norte de Bagdad. El ataque causó un número indeterminado de muertos entre los yihadistas pero también entre los civiles, indicaron las mismas fuentes.

Frente a las críticas sobre la estrategia de la coalición para frenar el avance del EI tras la pérdida de Ramadi, Washington defendió el balance de la campaña de bombardeos iniciada en septiembre de 2014.

El EI controla hoy "un 25% menos de Irak que hace nueve meses" y los bombardeos mataron a 10.000 yihadistas y destruyeron mucho material, aseguró el subsecretario de Estado norteamericano Antony Blinken.