Esto afectará especialmente al pan que se puede adquirir con la libreta de racionamiento, una serie de productos subvencionados por el Estado. (Foto: AFP)
Esto afectará especialmente al pan que se puede adquirir con la libreta de racionamiento, una serie de productos subvencionados por el Estado. (Foto: AFP)

Cinco personas mayores improvisan una tertulia mientras esperan en una fila frente a una panadería estatal en La Habana. Todos llevan esperando más de cinco horas para obtener el producto, muy solicitado en estos tiempos de crisis.

“Es siempre igual: nos reunimos en la cola todos los jueves. Esta panadería está estropeada (no puede elaborar su propio pan), así que debemos esperar a que traigan lo que sobra de otras”, comenta a EFE Juan Enrique, un guardia de seguridad de 61 años.

Para pasar el tiempo, el grupo comparte sus pensamientos. Todos coinciden en que, por ahora al menos, el suministro “está dentro de lo normal”, como afirma Juan Enrique. Aunque Amelia, una jubilada de 78 años, puntualiza que “eso no significa que la normalidad sea buena”.

El tema del pan, un elemento básico en la dieta cubana, está en boca de todos: se ha anunciado escasez para marzo, según el Gobierno. Esto afectará especialmente al pan que se puede adquirir con la libreta de racionamiento, una serie de productos subvencionados por el Estado.

El Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal) ha atribuido esto a “situaciones específicas” relacionadas con los “embarques planificados” desde países aliados como Rusia, aunque no ha proporcionado más detalles.

Para muchos cubanos como Amelia, estas noticias son un problema recurrente en un país que importa el 80 % de los alimentos que consume, según Naciones Unidas. Esto se agrava en un momento crítico de crisis económica y falta de divisas para pagar a los proveedores.

El gobierno cubano suele atribuir las dificultades para importar alimentos principalmente a las sanciones estadounidenses contra el país, desde el bloqueo hasta su inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Sin embargo, también ha reconocido errores en la política económica y monetaria.

Crisis alimentaria La escasez de pan se suma a otros problemas sensibles para los cubanos comunes como Juan Enrique, cuyo salario estatal ronda los 3,000 pesos (unos 25 dólares al cambio oficial, pero apenas 10 dólares en el mercado informal, omnipresente y mayoritario).

Además del pan, hay falta de leche para menores de siete años. Esta semana, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) confirmó a EFE que el Gobierno cubano solicitó por primera vez ayuda oficialmente debido a las dificultades del país para seguir distribuyendo leche subvencionada para los niños.

Otros productos de la libreta, como arroz, café o aceite, han experimentado escasez y retrasos de forma habitual en los últimos meses.

Gabriela, de 65 años, interrumpe la conversación y señala: “Lo importante es que tenemos la libreta, que es lo mínimo que todos tenemos. Y es una prioridad de la revolución. Imagínese si ni siquiera tuviéramos eso...”, defiende.

Pero para Juan Enrique, el problema subyacente no es “la pérdida de los productos de la libreta, sino que la única alternativa son los particulares, y eso no es suficiente”.

El guardia se refiere a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) que han surgido desde que se permitió el sector privado en el país socialista en 2021. De las 10,600 aprobadas actualmente, una parte significativa se dedica al comercio minorista de alimentos, en su mayoría importados.

Desde su inicio, estas tiendas han sido objeto de controversia: algunos las critican por ser una alternativa a la empresa estatal, mientras que otros las acusan de haber avivado la inflación.

Una de esas tiendas se encuentra a pocos pasos de estas cinco personas. Sin embargo, no hay cola frente a ella. Allí se vende una bolsa de seis panes por 200 pesos, casi el 7 % del salario de Juan Enrique, y un poco menos de 500 gramos de leche en polvo por 1,000, alrededor de un tercio de su salario.

Medidas contra la crisis Para hacer frente a la profunda crisis que atraviesa desde hace tres años, el Gobierno ha anunciado un severo plan de ajuste que incluye fuertes incrementos en los precios de combustibles y servicios básicos (electricidad, agua, etc.).

También se anticipa una devaluación del peso y el fin de los subsidios universales a los productos (la libreta) para dar paso a un sistema de ayudas para personas vulnerables, aunque ninguna de estas medidas se ha materializado.

Cuba cerró 2023 con una contracción de su producto interno bruto (PIB) de entre el 1 y el 2 % y prevé que el déficit público este año alcance el 18.5 %, por quinto año consecutivo en números rojos abultados.

TAGS RELACIONADOS