Un fuerte terremoto de magnitud 7.7 sacudió Birmania el pasado viernes, provocando graves daños en varias regiones y causando estragos en países vecinos como China y Tailandia. La magnitud del sismo obligó a las autoridades tailandesas a declarar el estado de emergencia en Bangkok, donde un rascacielos en construcción colapsó, dejando atrapados a más de 40 obreros entre los escombros.
El epicentro del sismo se ubicó a 16 kilómetros de la ciudad de Sagaing, en Birmania, con una profundidad de 10 kilómetros, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Minutos después, se registró una réplica de magnitud 6.4 en la misma zona.
El balance de los fallecidos en el violento terremoto que golpeó Birmania el viernes subió a 1.644, según el último balance difundido el sábado por la junta militar que gobierna el país.
Según su comunicado, 3.408 personas resultaron heridas y al menos 139 siguen desaparecidas desde que el terremoto de magnitud 7,7 azotó al país. Un anterior balance daba cuenta de un millar de muertos.


En Birmania, la junta militar declaró el estado de emergencia en seis regiones y su líder visitó un hospital en Naipyidó. En la capital birmana, carreteras resultaron afectadas por grietas profundas y varios edificios perdieron partes de sus tejados. Un funcionario del hospital local informó de un “gran número de víctimas”, mientras que imágenes captadas en el lugar mostraban a heridos recibiendo atención en el suelo.
El sismo también provocó el colapso parcial del Museo Nacional de Naipyidó, donde trabajadores y visitantes salieron corriendo tras el derrumbe de partes del techo y el agrietamiento de las paredes. En tanto, en Bangkok, algunos servicios de transporte quedaron suspendidos por precaución tras el movimiento telúrico.