La explosión en una cohetería artesanal registrada el 26 de octubre en San José de Copán, en el occidente de Honduras, dejó 10 muertos, el último de ellos este sábado en el Hospital Escuela, en Tegucigalpa, informó una fuente de la institución.
El décimo fallecido, que estaba en sala de cuidados intensivos, fue identificado como Luis Alonso Villanueva, de 53 años, agregó el informante.
El día de la explosión en la cohetería, que funcionaba en una bodega de una casa en la comunidad de Vivistorio, jurisdicción de San José de Copán, fallecieron dos personas, que eran parte de los empleados del negocio, mientras que otras ocho resultaron con graves quemaduras, por lo que algunos fueron llevados a un centro médico de Santa Rosa de Copán y otras al Hospital Escuela de la capital.
Las primeras dos víctimas mortales fueron identificadas como José Renán Umaña y Yester Baide. Varios de los fallecidos eran miembros de una misma familia.
El 28 de octubre murió Orlin Adalid Álvarez, de 16 años, en el hospital público de Santa Rosa de Copán.
Las otras siete personas fallecieron hospitalizadas durante el transcurso de la presente semana en los hospitales de Santa Rosa de Copán y Tegucigalpa.
La fuerte explosión de la cohetería, de la que hasta ahora se desconocen las causas, destruyó totalmente la casa donde funcionaba, según versiones de medios locales de prensa.
El trágico suceso se suma a otros similares que se han registrado en los últimos 20 años en el norte y occidente de Honduras, que dejaron varios muertos y lesionados.
Cada año, cuando se aproximan las fiestas de Navidad y Año Nuevo, en Honduras proliferan las ventas de cohetes, petardos y otros fuegos artificiales a base de pólvora.
Todos los años, además, muchos niños, incluso adultos, sufren mutilaciones en sus manos o graves quemaduras por el estallido de cohetes y morteros en el momento que los manipulaban.
Para evitar ese tipo de accidentes, algunos municipios prohíben la venta de fuegos pirotécnicos, a lo que muchos comerciantes responden instalando sus ventas a orillas de carreteras y autopistas, o lo hacen de manera clandestina.
Fuente: EFE