Tras tiras y aflojas con las autoridades de Bruselas los organizadores del Kunstenfestivaldesarts reinventan este evento internacional de artes escénicas para celebrar su cita anual pese a las restricciones por la pandemia del coronavirus, con nuevos formatos y actuaciones en la calle, y con la colaboración del director de teatro argentino Mariano Pensotti y la coreógrafa brasileña Alice Ripoll.
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Después de largos meses sin que los artistas puedan subirse a los escenarios en Bélgica, uno de los países europeos con mayores restricciones frente al COVID-19, el director del Kunstenfestivaldesarts, Daniel Blanga, espera que los proyectos artísticos que han preparado ocasionen “encuentros inesperados” con el público.
En el programa hay creaciones artísticas al aire libre, incluida la construcción de una piscina pública, y la experimentación con nuevos formatos, como la radio o la retransmisión de obras en directo.
La edición de 2021 rendirá un tributo especial a Bruselas, duramente golpeada por la crisis sanitaria. Con motivo del homenaje, encargaron al argentino Pensotti un retrato de la ciudad a través del proyecto “El Público”, que cabalga entre el cine y la experiencia en vivo.
“La obra retrata la ciudad a través de la historia de seis espectadores ficticios a los que sigue en las 24 horas posteriores a la asistencia a un espectáculo. A través de ellos experimentamos la ciudad y la influencia que la obra de teatro ejerce sobre ellos”, explica Blanga sobre esta oda, un recordatorio de que sin público no puede haber artes escénicas.
El arte como experiencia colectiva
Con cubos, agua y jabón, la brasileña Alice Ripoll regresa al Kunstenfestivaldesarts para abordar un tema tan actual como el de la limpieza: sus bailarinas explorarán este acto como gesto político, un guiño a aquellas personas que realizan tareas esenciales en la sociedad.
El Kunstenfestivaldesarts contará, además, con un escenario acuático gracias a la construcción de una piscina al aire libre en el muelle de Biestebroek en Anderlecht, que permanecerá abierta todo el verano.
La piscina será, al mismo tiempo, el punto de arranque de la nueva obra de la lituana Lina Lapelyte, galardonada con León de Oro de la Bienal de Venecia, un proyecto que reflexiona sobre la política de los espacios de ocio.
“Está creando un musical con el coro de Bruselas que refleja el viaje de un pez, pero también es una ocasión de reunión como ciudadanos para reflexionar sobre el espacio y la necesidad de contar con un lugar para estar juntos en ese momento”, agregó el director del festival.
También acudirá el dramaturgo italiano Romeo Castellucci con su nueva obra “Buster”. En la sede de la Policía Federal, con la ciudad como telón de fondo, cuarenta actores seguirán en directo las órdenes que les son dadas a través de unos auriculares.
Es una comedia sobre la ley y la violencia y el papel de los actores, cuyos cuerpos son canales que prestan a acciones que no son suyas sino ordenadas.
La pandemia no frena la cultura
Las actuaciones serán retransmitidas en directo para que la experiencia pueda “ser compartida con el mayor público posible”, e independientemente de dónde se encuentre el espectador, pueda estar presente en el preciso momento en que el actor interpreta su papel y, así, cada noche el espectáculo es diferente.
El organizador del festival cree que, aunque se pueda mantener esta iniciativa “online” en el mundo postpandemia, “la idea de estar y compartir juntos una experiencia es algo que debe defender el sector del arte escénico”.
“Tenemos que apoyar a los artistas hoy si queremos tener creaciones de artistas mañana”, dice Blanga sobre la cultura, una víctima más del duro cierre que afronta Bruselas desde octubre, al igual que cines, salas de conciertos o bares.
El Kunstenfestivaldesarts tendrá lugar desde el próximo 7 de mayo hasta el día 30 del mismo mes y tendrá una extensión adicional el 8 de julio.