El Reino Unido empezó el martes a vacunar a su población contra el COVID-19, una alentadora medida que otros países esperan imitar pronto para atajar una pandemia que sigue avanzando en Estados Unidos, donde se confinó a 20 millones de personas en California.
En el Reino Unido, el momento, anhelado e “histórico”, se tradujo en una imagen: Margaret Keenan, una anciana de 90 años, sentada en un sillón con el brazo extendido, conversando tranquilamente con una enfermera en un hospital de Coventry, en el centro de Inglaterra.
La mujer fue la primera paciente del mundo en recibir la vacuna de los laboratorios estadounidense Pfizer y alemán BioNTech en el país más enlutado de Europa, con cerca de 61.500 muertos.
“Me siento muy privilegiada por ser la primera persona en ser vacunada contra el covid-19, es el mejor regalo de cumpleaños por anticipado que hubiera podido esperar”, declaró Keenan ante los fotógrafos, una semana antes de celebrar sus 91 años.
El Reino Unido se ha convertido además en el primer país occidental en empezar a vacunar a la población en un momento en que la pandemia ya deja más de 1,5 millones de decesos en todo el mundo y 67 millones de contagios, según las cifras oficiales.
Rusia comenzó a inmunizar a su población el pasado fin de semana, con su propia vacuna, denominada Sputnik V y que todavía se encuentra en la última fase de ensayos clínicos, y China está utilizando un antídoto experimental con un grupo reducido de la población.
Confinamiento en California
En este momento hay 51 candidatas a vacuna, 13 de ellas en la etapa final de los ensayos clínicos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que el lunes consideró que la vacuna no debía ser obligatoria, salvo en circunstancias profesionales específicas.
En Estados Unidos y la Unión Europea, los organismos reguladores anunciarán sus aprobaciones próximamente y los países podrán comenzar sus campañas de vacunación, probablemente a partir de enero.
Al otro lado del Atlántico, en Brasil, donde la pandemia ha dejado más de 177.000 fallecidos, el estado de Sao Paulo prevé poner en marcha su campaña de inoculación el 25 de enero, con la vacuna china CoronaVac, que se encuentra en última fase de estudios.
Brasil es el segundo país con más muertos por coronavirus, detrás de Estados Unidos, donde se registraron hasta ahora más de 283.000 decesos y casi 15 millones de casos.
En California, el gobernador Gavin Newsom decidió reinstaurar el lunes el confinamiento en el sur del estado, donde viven más de 20 millones de personas.
“Estamos en un punto clave de nuestra lucha contra el virus y debemos tomar medidas decisivas ahora para evitar que el sistema hospitalario de California se vea desbordado”, declaró el gobernador, explicando que las unidades de cuidados intensivos del estado están ya ocupadas al 85%.
En cambio, la ciudad de Nueva York reabrió el lunes las escuelas primarias, aunque las autoridades se plantean volver a cerrar los restaurantes, a causa del repunte de la epidemia.
Entre los infectados en Estados Unidos se encuentra el abogado del presidente Donald Trump, Rudy Giuliani, que está “muy bien” y sin fiebre, según explicó el mandatario republicano.
Propagación de epidemias
En todo el mundo, los gobiernos tratan de encontrar un delicado equilibrio entre frenar la pandemia e intentar evitar que las restricciones hundan aún más las economías.
Sin embargo, varios países se plantean mantener importantes restricciones de movimiento durante las fiestas de Navidad y de fin de año.
En Francia, el gobierno reconoció que “costará alcanzar el objetivo” de 5.000 casos diarios, fijado como condición para suavizar las restricciones a partir del 15 de diciembre. En Alemania, el gobierno admitió que la tendencia “no es la esperada” y probablemente sera necesario aplicar nuevas medidas de cara a las fiestas de fin de año.
En Dinamarca se cerraron los centros de secundaria, bares y restaurantes en 38 localidades, incluyendo la capital, Copenhague.
También aumentan los contagios en Israel, donde esta semana se instauró un toque de queda nocturno, mientras que Grecia decidió prolongar sus restricciones -como el cierre de escuelas, restaurantes, gimnasios y estaciones de esquí- hasta el 7 de enero.
En Hong Kong, las autoridades anunciaron el martes que los restaurantes cerrarán a partir de las seis de la tarde y no podrán permanecer abiertos gimnasios ni salones de belleza ya que el territorio semiautónomo de 7,5 millones de habitantes está registrando unos 100 casos diarios en estos días.
En América Latina y el Caribe, donde ya hay más de 458.000 fallecidos y 13,5 millones de contagios, la región Metropolitana de Santiago, donde vive más de una tercera parte de la población de Chile, retrocederá desde el jueves a la cuarentena durante los fines de semana.
Y en Cuba, la oenegé Human Rights Watch, alertó de que las restricciones en vigor podrían encubrir una intensificación de la represión de los opositores.
La organización citó los casos de 14 artistas y disidentes detenidos por “propagación de epidemias” o las detenciones en condiciones insalubres.
“Las autoridades cubanas se han aprovechado de las normas contra el COVID-19 para ampliar la larga lista de herramientas represivas que utilizan en contra de sus críticos”, afirmó José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.
Fuente: AFP.