Hoy, 6 de diciembre (6D), se realizan las elecciones parlamentarias en toda Venezuela, donde 19.5 millones de votantes deberán renovar los 167 escaños de diputados de la Asamblea Nacional. Para auscultarlas, ayer los cerca de cien observadores internacionales venidos de toda América Latina y de otros lugares partimos hacia diversos puntos de la capital y del interior del país, a fin de mirar de cerca el proceso en los lugares de sufragio. No podremos ingresar a los centros de votación (son 14,515), como queríamos, sino únicamente recoger impresiones desde afuera y por las calles por donde transite la gente, pues el Consejo Nacional Electoral, el órgano responsable de las elecciones, ha modificado su reglamento, delimitando extrañamente la calidad de nuestra presencia a la del acompañamiento, una rareza en el derecho electoral. Igual estamos aquí invitados por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el bloque opositor al régimen de Nicolás Maduro. Por las encuestas, la oposición debería obtener una victoria al final de la jornada, para la que han sido instaladas 40,601 mesas de votación en las 24 entidades en todo el territorio (916,445 km2). Frente a esta inminente realidad, todo dependerá de la actitud de Maduro -que lo controla todo- sobre sus resultados, y de su capacidad para gobernar sin una eventual mayoría. Clima tenso con rumores de portaaviones de EE.UU. a la vista, anoche cogiéndome del brazo, y más fuerte que nunca, Mitzy Capriles de Ledezma, esposa del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, con arresto domiciliario, me dijo que no desmayará por “… el amor a mi esposo y a mi patria…”. Esperemos el final del 6D. 

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