La muerte de Abelardo Gutiérrez Alanya, popularmente conocido en el ambiente músical como Tongo, no sólo representa la desaparición física de un cantante dueño de una personalidad arrolladora y en muchos casos apabullante, quizá lo más relevante, es que significa la partida de uno de los exponentes del género musical llamado chicha que sobrevive discreta a pesar de las modas y las tendencias. “Tongo”, inició su carrera musical en 1981 con su grupo Imaginación, en una deçada en la que brillaban nombres como Lorenzo Palacios, “Chacalón”, Jaime Moreyra y Julio Siméon, “Los Shapis”,y Victor Carrasco, “Vico” y su grupo “Karicia”, entre otras populares agrupaciones. La chicha marcó su propio estilo y sus orígenes alejándose de la cumbia tradicional peruana, pero sí tomando la guitarra eléctrica como base y fusionándola con el huayno, en ese contexto también apareció Gutiérrez, como todos sus colegas, migrante viviendo en la dura y fría capital. Dueño de un estilo interpretativo muy particular, en el que predominaban unos agudos que no necesariamente respetaban los tonos y la coherencia musical, el cantante logró ser tomando en cuenta por el gran público con “La pituca”, un tema que nunca imaginó que rompería barreras sociales y lo llevaría a interpretarlo hasta en exclusivas fiestas en Asia. Aunque muchos señalaban que lo contrataban para burlarse de él, Tongo sintió que había cumplido su objetivo, sacar del gueto a la chicha y lograr que la bailen en todos los sectores. Debido a la popularidad que le dio la canción, el artista se convirtió en un personaje mediático que supo capitalizar su buen momento, hasta que convencido de la fuerza que tomaban las plataformas y redes sociales, se transformó sin pretenderlo en un exitoso youtuber. Los últimos años de Tongo, ya minado por la diabetes, los pasó subiendo canciones a su canal de videos con adaptaciones a su estilo de populares temas de populares bandas de rock que se convirtieron en virales. Tongo no tuvo miedo de reírse de si mismo, sus excesos en los escenarios, su voz estridente y hasta sus escándalos, los admitía sin culpa; formaban parte de su ADN. La chicha está de luto, Tongo ha muerto.

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