Emulando a la presidenta Dina Boluarte, el ministro del Interior, Víctor Torres, fustigó a la prensa y pidió que publiquen las cosas buenas de su cartera en la lucha contra la criminalidad. “Publican cosas negativas, que las hay, y hay que disminuirlas, pero acerca del trabajo contundente que venimos haciendo, muy poco dicen”, precisó. Es comprensible que cualquier funcionario desee destacar los logros de su ministerio, pero cuando esta solicitud se traduce en una crítica a la libertad de expresión y en un intento de manipulación mediática, todo se desvirtúa.
Parece que Torres no quiere ver la realidad. Las cifras de asesinatos, extorsiones y robos crecen en todo el país. No hay medidas contundentes del Gobierno contra la criminalidad. No hay acciones que permitan luchar eficazmente contra la delincuencia. Todo indica que afrontar el problema de la inseguridad ciudadana le provoca terror y por ello se fabrica enemigos artificiales, como los medios de comunicación.
Es fundamental entender que la labor de la prensa no es complacer a las autoridades, sino informar a la ciudadanía. Informar con crudeza lo que sucede en nuestras calles no es un acto de hostilidad, sino un servicio público.El riesgo de minimizar la gravedad de la situación criminal es caer en la inacción y la complacencia. Si Torres y otros funcionarios continúan ignorando la realidad y buscando chivos expiatorios en lugar de soluciones efectivas, el problema de la inseguridad ciudadana solo empeorará.