El ministro del Interior Willy Huerta suma un cuestionamiento más a la lista que ya trae en su pesada mochila. Ahora tendrá que responder por los ataques absurdos cometidos por la Policía Nacional contra manifestantes que pacíficamente se expresaban por las calles del Centro de Lima en contra del gobierno inepto y corrupto de Pedro Castillo.

Sin duda alguna, el Congreso tiene que hacer su trabajo de control político contra el ministro Huerta, el hombre que hasta el momento tiene como únicos “méritos” el ser un instrumento para que este gobierno avasalle a la Policía Nacional; y el torpedear el trabajo de los policías que deben atrapar a los prófugos del entorno presidencial que si caen y hablan, pondrían en serios problemas al jefe de Estado.

El uso de la Policía Montada contra gente que avanzaba en forma pacífica por la avenida Abancay, tiene que ser respondido por este personaje incondicional al mandatario. Que diga cuáles fueron las razones de esta intervención a todas luces absurda. ¿O es que se trató de una burda provocación?

La Policía Nacional no puede ser usada para agredir a ciudadanos que salen a marchar contra un régimen putrefacto que al parecer está muerto de miedo y que para protegerse se vale de un ministro como Huerta, nombrado además para entorpecer el trabajo del Ministerio Público.

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