Estas últimas semanas el Mar de Grau se ha visto afectado. En primer lugar, por un derrame de petróleo sin precedente en nuestro país y donde lamentablemente la reacción de la empresa responsable no ha sido transparente, ni oportuna, ni contundente.

Ya casi han transcurrido 15 días desde que sucedió este lamentable hecho y, hasta la fecha, no existe ni un plan concreto de remediación ni mucho menos la ayuda sostenida para los miles de pescadores artesanales afectados, quienes ya venían atravesando por una situación muy complicada a raíz de la pandemia.

A este hecho, sin embargo, debemos sumarle otra amenaza. El presidente, en una declaración ante la prensa internacional, señaló que si el pueblo así lo demandaba cedería entonces parte del Mar de Grau a Bolivia. Ello, no solo es un despropósito sino que además resulta inconstitucional, toda vez que atenta contra el artículo 54 de la Constitución Política del Perú, que establece que nuestro mar es inalienable e inviolable. Con Bolivia desde hace muchísimos años no tenemos ningún punto pendiente en materia internacional y así debe permanecer.

Esperamos que por el bien de nuestro mar y del país en general, se comience a trabajar, de una vez, de una manera seria y responsable en la mitigación del daño ambiental generado; y por otro lado, que nuestra Cancillería señale expresamente que no está ni estará en agenda ceder a Bolivia ni a nadie parte de nuestro mar. Al Mar de Grau se le respeta.