¿En virtud de qué un egresado del colegio tradicional debería entender los huaicos, su gestación, condiciones de riesgo, prevención, consecuencias, mitigación de daños, atención a los necesitados? No por la experiencia escolar que solo valora la matemática y lectura, menosprecia las habilidades sociales y la convivencia ciudadana.

Los autores de los currículos tradicionales solían decir que el currículo cultiva todas las competencias necesarias para tal fin, pero es evidente que ha sido ineficaz hasta ahora.

Los alumnos “estudiaban” en geografía sobre los ríos caudalosos y el clima, en economía sobre el PBI y los costos de los bienes y servicios, en física sobre los estados de la materia y las fórmulas de presión sobre área, en biología sobre insectos y epidemias, en historia sobre las crisis del pasado, en literatura sobre los dramas que emergen de los desastres, en matemáticas calculaban volúmenes de agua y capacidades de reservorios, en química abordaban la desintoxicación del agua, en psicología sobre las emociones que se movilizan en situaciones trágicas, y en filosofía y religión sobre el sentido de la vida.

Estos asuntos, que además los estudiaban en diferentes grados, meses y áreas y con diversos profesores, cada uno con sus tareas, trabajos, exámenes y notas, se supone que mágicamente se integrarían en la mente de los alumnos para permitirles tener una visión integral sobre los huaicos y poder actuar como ciudadanos responsables y solidarios.

Esperamos que el nuevo enfoque curricular se aplique con una orientación más integradora y funcional a la formación ciudadana.