LONDRES.

El usual choque de ambas capitales europeas ha sido y es uno de los principales factores de la política europea en el último siglo. La I Guerra Mundial estalló porque Belgrado quería que los croatas, eslovenos y bosnios que estaban bajo dominio austriaco se unan a su reino, cuando los imperios germanos de Alemania y Austria-Hungría lo invadieron.

Cuando en 1918 estos dos imperios se descompusieron, Belgrado pudo lograr su anhelo de hacer que los eslavos de Austria se unifiquen con Serbia conformando Yugoeslavia; la misma que, no obstante, apenas duraría dos décadas. Berlín en 1941 invadiría y desmembraría a Yugoslavia. Empero, la derrota y división de Berlín en 1945 daría paso a que Yugoslavia se volviese a reconstituir.

Mas, apenas el muro de Berlín cae en 1989 y Alemania se reunifica, ésta alienta a que seis repúblicas se independicen de Belgrado. Hoy Berlín ve que sus dos grandes creaciones (la UE y el euro) se expanden en lo que fue la ex Yugoslavia. Belgrado está polarizado entre quienes creen que no les queda otra que comerse sus resentimientos y entrar a la UE, y quienes desean hacer un bloque antiUE con Rusia.