La esperada extensión de la cuarentena más allá del día del amor duplicó el efecto nocivo sobre la economía, mientras los indicadores de contagios y fallecidos parecen no mejorar. Hecho que ha quedado escondido por la cortina de humo generada por la llegada de las primeras vacunas al Perú. En efecto, el primer envío de 300 mil dosis de la vacuna china contó con una parafernalia televisada inusitada, el mismo que se espera para el día de hoy cuando lleguen otras 700 mil. Algo exagerado, teniendo en cuenta que necesitaremos aproximadamente 70 millones para cubrir la población que tendremos de aquí al año 2023. Y más aún, cuando no se podía celebrar la demora, pues mientras otros países latinoamericanos ya recibieron sus vacunas, Perú seguía dejando morir a su gente.

Sin embargo, justo es decir que Sagasti lo ha hecho mejor que Vizcarra. Por lo menos, aparecieron las vacunas y sinceró las cosas, al punto que dejó en claro que durante el gobierno vizcarrista poco o nada se avanzó en la gestión con los laboratorios. Además Sagasti ha presentado un cronograma para este año que, aunque no cubrirá la totalidad de requerimientos, deja la sensación de que los envíos están en lista de espera. Por desgracia, todo esto se empaña por el efecto que tendrá esta nueva prolongación de la cuarentena. Pues a su nulo efecto en los indicadores de impacto del Covid y al deterioro económico, se suma el daño al proceso electoral que tendrá lugar apenas en dos meses. De hecho, la crisis económica y sanitaria mantiene al grueso de peruanos con la mente fuera de la elección del 11 de abril. Y ante la imposibilidad de hacer campañas presenciales, los candidatos que ya son conocidos por haber participado en elecciones anteriores, correrán con cierta ventaja respecto a los nuevos. Por si esto fuera poco, la candidatura del ex Presidente Vizcarra y el comportamiento del JNE, echan cada vez más sombras a un proceso ya lastimado.

Eugenio D’Medina postula al Congreso por Avanza País.