Los abogados Walter Ayala, Eduardo Pachas e Iber Maraví, este último implicado en atentados terroristas a inicios de los años 80 en Ayacucho, parecen dispuestos a hacer un gran papelón con tal de ganar figuración y quizá algo de dinero por concepto de honorarios que habría que ver quién los paga, al presentar absurdos recursos legales de todas las formas y colores, con la alucinada idea de sacar de la cárcel al expresidente Pedro Castillo.

Han salido a dar una surrealista conferencia de prensa en la que afirman que Castillo fue víctima de un golpe de Estado planeado por los militares, cuando el mundo entero vio a ese pobre hombre que ocupaba la Presidencia de la República del Perú, anunciando con sus propias palabras y al lado de Aníbal Torres, Betssy Chávez y otros personajes de su gobierno, que cerraba el Congreso y tomaba por asalto el sistema de justicia que le seguía los pasos.

Ojo que Ayala ha sido, aunque parezca mentira, ministro de Defensa, por lo que me imagino que esta misma mañana ya deben haber retirado el cuadro con su rostro de la galería de responsables de ese sector que existe en el Despacho Ministerial, por acusar tan ligeramente a las Fuerzas Armadas de haber derrocado a un mandatario que hasta el instante mismo en que abrió la boca para patear la Carta Magna, gozaba de legitimidad constitucional.

Estos tres abogados han presentado hábeas corpus ante el Tribunal Constitucional, acciones de amparo contra el Congreso y han notificado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre la situación de su cliente, todo con la intención de sacar de la cárcel y devolver al poder al profesor, pues también exigen la renuncia de la actual mandataria Dina Boluarte. Quizá el único que crea que van a tener éxito en sus demandas estos caballeros, sea Castillo.

Señores Ayala, Pachas y Maraví, no sean tan crueles con su patrocinado. Dejen de hacerle creer que va a salir de la cárcel o que va a volver a Palacio de Gobierno. Lo único que le espera a Castillo, y lo saben muy bien los tres, son largos años de cárcel por golpista y por haber estado al frente de un gobierno de ladrones y sinvergüenzas. No hay otra posibilidad por más papeles que presenten. Mejor búsquense otra forma de llamar la atención, hacerse famosos y ganar plata.