Hace solo unas semanas comentaba en este espacio el logro que significó la ley de cannabis medicinal del 2017 y, a la vez, las limitaciones propias de un primer gran esfuerzo en el tema. Sin embargo, en los últimos días, he recibido información preocupante respecto a que, desde el Poder Ejecutivo, se vendría trabajando una propuesta de modificación del reglamento de la ley actual.

Así, se estaría replanteando la regulación de lo ya aprobado en una dirección que no buscaría facilitar el acceso a este recurso sino, por el contrario, poner más candados y hacer más difícil la producción local de cannabis medicinal. De esta forma, sin transparencia y sin participación ciudadana, lo avanzado en los últimos años podría afectarse notablemente. Esto demolería el esfuerzo que implicó todo el proceso para muchos familiares y activistas y, lo más doloroso, el bienestar adquirido por los pacientes.

Por eso, junto a mi colega Daniel Olivares, hemos pedido información oficial a la Ministra de Salud, a fin de tener certezas respecto a este tema. Esperemos tener pronto una respuesta clara y contundente.

No tendríamos que estar así, defendiendo lo parcialmente alcanzado o conformándonos con lo actual, sino buscando consensos para avanzar aún más en mejorar la calidad de vida y la salud de los usuarios de cannabis medicinal.. En este Congreso, debemos elaborar y aprobar una reforma legal que incluya y blinde las mejoras que no fueron posibles hace 2 años y que hoy son esenciales. Cuando nos motiva la empatía, no podemos permitir retrocesos. Solo avances.