Mucho se ha hablado en los últimos años de reformas y de la necesidad de reforzar los partidos políticos. Sin embargo, a dos semanas de las elecciones congresales convocadas tras la disolución del Congreso, va quedando claro que seguimos igual o peor que antes, y que una vez que se conformen las bancadas cualquier cosa podrá pasar, debido a que muchos casos estaremos eligiendo a “independientes” antes que a verdaderos integrantes de una organización partidaria.

Tengamos en cuenta que en especial para esta elección, las listas de postulantes han sido conformadas a último momento, con gente de acá, de allá y de más allá. ¿Habrá coherencia en las bancadas que se logren formar tras una elección en que al parecer nadie tendrá mayoría absoluta? Ojalá que sí, pero eso será muy difícil. Las agrupaciones que vemos por estos días en carrera son clubes de amigos que podrían terminar convertidos hasta en enemigos, y federaciones de independientes.

Estemos también muy atentos con esas agrupaciones dudosas cuyos dirigentes de siempre se han hecho a un lado por los problemas legales que afrontan. Me refiero a Solidaridad Nacional, que hoy está integrado por gente que jamás ha sido del entorno del cuestionado Luis Castañeda. No perdamos de vista a Podemos, del dueño de la fenecida Telesup, José Luna, quien ha dejado todo en manos de su hijo homónimo y de Daniel Urresti.

Si no se hace algo al respecto, dentro de un año, cuando nos estemos alistando a elegir no un Congreso fugaz como el que se viene, sino uno de cinco años de vigencia, estaremos padeciendo el mismo grave problema de tener agrupaciones políticas de cartón y triplay, sin ideología, ideario, propuestas coherentes ni verdaderos cuadros capaces de formar bancadas con intereses comunes que permitan elaborar leyes, representar y fiscalizar de manera adecuada.

Los partidos tienen que dejar de ser cacicazgos de personajes de billetera gruesa o espacios abiertos para cualquiera que llegue con plata o un poco de popularidad que atraiga votos. Tampoco pueden seguir siendo agrupaciones formadas por “independientes” que en los siguientes comicios se van a la vereda del frente porque les dan un mejor número en la lista de postulantes. Si no exigimos cambios, luego no nos quejemos de congresos impresentables.

TAGS RELACIONADOS