Primero: A fines de mayo advertía sobre lo que se veía venir en los centros hospitalarios de Arequipa y el inminente aumento de contagios y fallecidos por el Covid 19. La semana que pasó y los próximos días serán terribles por el contagio comunitario en la Ciudad Blanca, resultado –en parte- del descuido de la población por apurar en volver a la normalidad y bajar la guardia, de ahí que hoy por día tenemos 1,500 enfermos y 30 fallecidos.

Segundo: Inoperancia de las autoridades, en especial del gobierno regional, que no supo articular medidas urgentes para la implementación de nosocomios, con un esquivo gobernador que prefiere esconderse y no dar la cara, dando mensajes cantinflescos e incoherentes, generando que crezca el clamor popular para sacarlo del cargo. Verdadero desastre como político y autoridad. Tercero: Tardía reacción del gobierno central para cumplir con la atención y cuidado de pacientes, prueba de ello es el rechazo mostrado ayer por profesionales de la salud y familiares de pacientes, que agonizan, en contra del presidente Martín Vizcarra y su comitiva que llegó para poner en marcha un hospital con 200 camas. No era necesaria su presencia, solo había que ponerlo a funcionar y listo.

Cuarto:  La situación en provincias de Arequipa empeoraría esta semana, por ejemplo, Islay preocupa con más de 600 casos. En Camaná y Caravelí los casos aumentan, en especial por la minería informal y deficiencia sanitaria, pese que en estas provincias debían concluirse dos hospitales en el 2019 y por inoperancia regional son elefantes blancos.

Si persisten los errores, entonces Arequipa va camino a enfrentar su peor crisis de salud por buen tiempo y solo queda que todos asuman sus roles para recuperar la prestancia de Ciudad Blanca y dejar estos días grises.