El Ministerio de Educación (y no otra instancia del Estado) es el órgano rector de la política educativa nacional y, conforme a la legislación vigente, es responsable de diseñar el currículo nacional de la educación básica. Desde 2005 hasta la actualidad, las políticas pedagógicas y curriculares fomentan aprendizajes humanísticos, científicos y tecnológicos, pero también el desarrollo de una educación que fomenta la equidad o igualdad de género, así como una adecuada educación sexual, en el marco de una formación integral.

El nuevo currículo de los colegios -más allá de varias debilidades técnicas en su formulación e implementación, que hay que corregir para avanzar- mantiene estos importantes saberes. En lo que respecta al enfoque de igualdad de género, busca que los estudiantes aprendan a valorar a los hombres y mujeres como personas que deben tener oportunidades equitativas en el acceso a los derechos sociales, profesionales, laborales, económicos y políticos en el marco de una sociedad democrática que respeta la diversidad sin ningún tipo de discriminación. Igualmente, sobre la educación sexual -tan importante en el crecimiento personal-social-, ratifica la concepción integral de la propuesta pedagógica y curricular de 2008 al precisar que tiene en cuenta las particularidades de cada etapa del desarrollo del estudiante y considera las dimensiones biológico-reproductiva, socio-afectiva y ético-moral.

Por lo señalado, y considerando que un colectivo de padres de familia ha promovido una demanda legal contra el nuevo currículo nacional escolar, esperamos que el Poder Judicial resuelva salvaguardarlo de acuerdo con la Constitución Política, la Ley General de Educación y los principios de una educación para el desarrollo humano.