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Suann Yang, de la Universidad Estatal de Nueva York en Geneseo (SUNY), y cuatro colegas idearon un curso introductorio denominado “Integrating Biology with Inquiry” (IBIS), basado en proyectos de investigación interdisciplinarios aplicados a problemas de la realidad. El currículo de Biología se conformó con nueve módulos o escenarios generales, fue aplicado por 4 años a 724 estudiantes y estuvo a cargo de 13 miembros de la facultad. (Tarren J. Shaw, Suann Yang, Troy R. Nash, Rachel M. Pigg, Jeffrey M. Grim. Knowing is half the battle: Assessments of both student perception and performance are necessary to successfully evaluate curricular transformation. PLOS ONE, 2019)

Por ejemplo, los estudiantes estudian el sistema inmunológico, la ecología del crecimiento de la población y la coevolución en un módulo sobre enfermedades. Ello permitía a los alumnos elevarse desde el nivel celular hasta más allá del nivel de la especie humana, mientras estudiaban los procesos a corto y a largo plazo en el escenario real. No era una clase convencional al estilo de un libro de cocina cuyos protocolos aplicados en el laboratorio llevan a todos los estudiantes al mismo resultado. Se trataba de entender cómo estudiar los conceptos, cultivar la curiosidad, hacer preguntas y utilizar sus conocimientos para ampliar sus horizontes intelectuales.

Los resultados superaron largamente a los obtenidos bajo las fórmulas tradicionales, algo que ya se sabe a nivel escolar respecto de PBL.

Experiencias como estas podrían alentar a las administraciones universitarias a crear cursos innovadores modernos para los estudiantes.