Hace algunos días, el congresista Waldemar Cerrón del grupo parlamentario Perú Libre, presentó el proyecto de ley que: “declara de interés nacional y necesidad pública la postulación de Pablo Villanueva Branda, ‘Melcochita’, para su reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Nación en la categoría de leyenda viva”. Entre los considerandos para que el sonero y cómico reciba ese tributo en vida, se mencionan su participación en grupos musicales, programas cómicos y sobre todo: “su estilo humorístico, que transita entre el humor criollo y la sátira social con frases populares como ‘¡No lo vean!’, ‘¡No vayan!’, ‘¡Imbécil!’, que aún perduran en la memoria colectiva”. Esto último se lee en la página nueve del referido documento de postulación del artista para tan importante galardón. Sin el afán de desmerecer la carrera del señor Villanueva Branda, creemos que ese tipo de reconocimiento, para que no genere polémica y menos se desvirtúe en su real esencia, debería ser evaluado y presentado ante las instancias correspondientes por una comisión integrada por especialistas que analicen escrupulosamente la trascendencia de la obra de cada candidato ante la sociedad peruana. El popular y querido “Melcochita” puede ser muy simpático, dueño de una chispa criolla inigualable, también puede haber participado como músico y compositor en diversas agrupaciones, pero recibir el titulo de “Leyenda viva” y “Patrimonio Cultural de la Nación”, parecería más el favor de un congresista a su artista favorito, que un auténtico reconocimiento a una carrera que ha aportado a la construcción de la identidad peruana. El mismo Cerrón, en una ceremonia anterior, entregó ya a “Melcochita” una condecoración por “su impacto positivo en el arte y la cultura”, junto a la cómica Dayanita y con esto parecería que hubiera sido suficiente, pero no fue así. Y ya que se quiere reconocer desde el Congreso el talento peruano con títulos tan rimbobantes, pues habría que poner en la lista, por ejemplo, a un compositor vivo como José Escajadillo, autor de “Yo perdí el corazón”, “Jamás impedirás”, “Que somos amantes, “Huellas”, por mencionar solo algunos de sus clásicos. Donde dejamos a “Los Mirlos” que están llevando la cumbia peruana por el mundo reafirmando un sello indiscutible. Nombres como Tania Libertad y Susana Baca, ambas con carreras internacionales en los principales escenarios del mundo no se quedan atrás. Para que los reconocimientos tengan valor no deben repartirse tan alegremente. Hay que tomarlo en cuenta.