M. Osumi publicó en el Japan Times el artículo “Global education experts urge Japan to look beyond rote learning” (14/04/2016) en el cual señala una serie de deficiencias detectadas por los expertos en la educación japonesa que deben ser encaradas, si es que quiere ser una sociedad competitiva en las próximas décadas. Su educación aún está anclada en el meritocrático sistema por el cual los escolares procuran sacar puntajes altos en las pruebas estandarizadas desde primaria para acceder a las universidades más prestigiosas que garantizan a los egresados los mejores empleos en grandes corporaciones. Pero incluso Andreas Schleicher, director de PISA, sostiene que Japón destaca en los criterios de éxito educativo tradicional, pero debe girar hacia las competencias de una ciudadanía global, el pensamiento creativo, las habilidades socioemocionales y la capacidad de los alumnos de expresar sus ideas (en vez de solo dar respuestas correctas). Reimers de Harvard sostiene que la escuela japonesa debe comprometer a los alumnos en discusiones sobre problemas globales complejos y asumir responsabilidades por ellos, poniendo más énfasis en el currículo en áreas como historia, geografía y globalización. Aprender a conocer y aceptar a sí mismos, a los otros, y entender que las diferencias crean oportunidades. En suma, girar el enfoque desde la efectividad hacia la relevancia. Eso demanda una educación más comprometida por los demás y escalar en la parte del aprendizaje activo en la escuela
El salto al XXI en Japón, EE.UU., Corea del Sur, Singapur… ¿será asumido por el Minedu del Perú?