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Idel VexlerEn diferentes foros educativos, económicos y empresariales se plantea la necesidad de impulsar una educación para la competitividad. Pero, ¿qué es la competitividad? En realidad actualmente existen muchas maneras de conceptualizarla y medirla. El Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) define a la competitividad como el conjunto de instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país. El Reporte Global de la Competitividad 2011-2012, publicado por la WEF, ubica al Perú en el puesto 61 de un total de 144 países. Por su parte, el International Institute for Management Development (IMD) considera la competitividad de un país de acuerdo a como gestiona sus recursos y capacidades para incrementar el progreso de sus habitantes. En su logro intervienen muchas variables, por ejemplo, una buena relación sin barreras burocráticas entre Estado, mercado y empresa privada.

La eficiencia, según D'Alessio (2004), se basa en los resultados obtenidos con respecto de los recursos usados y el tiempo que toma conseguirlos. En un mundo globalizado con creciente comercio internacional y un avance de la ciencia, la tecnología y la innovación, la competitividad se mide y valora por las capacidades productivas, en el sentido más amplio de la palabra, que tiene un país en comparación con otros.

La competitividad para el desarrollo de los pueblos tiene sentido cuando los técnicos, los profesionales y los empresarios, entre otros actores, además de ser eficientes son personas que asumen y ponen en práctica valores y actitudes en el marco de una nueva ciudadanía. De este modo son "personas competentes" para lograr ventajas productivas en las empresas e instituciones con el fin de contribuir al sostenimiento del crecimiento económico, así como al desarrollo social, sustentable y humano.

En la Educación Básica deben desarrollarse competencias que integren altas capacidades mentales y motrices, conocimientos humanísticos, científicos y tecnológicos, así como valores que se concreten en "saber desempeñarse con eficiencia y ética" .En lo referente a la Educación Técnico-Productiva es fundamental iniciar la implementación de la Modalidad de la enseñanza dual que combine el estudio en las instituciones educativas y en las empresas, mediante una oferta educativa modular que permita tener los técnicos que el Perú necesita.

En la Educación Superior, elevar el nivel de la investigación es uno de los factores clave a tener en cuenta para mejorar la competitividad de las universidades. Deben ser centros de impulso de la tecnología, la innovación y la gestión empresarial mediante proyectos financiados por entidades gubernamentales y empresas privadas. Su desarrollo debe sustentarse en la concentración del talento, la utilización de recursos suficientes y un gobierno favorable para tener graduados de excelencia, investigación efectiva y transferencia de tecnologías.

Por eso, es un acierto que la Cámara de Comercio de Lima de Lima esté proponiendo que se formen personas buenas, productivas y creativas, es decir competitivas, en todo el sistema educativo peruano.