Los demócratas, con Nancy Pelosi, presidente del Congreso de los EE.UU., a la cabeza, no quieren dejar pasar la penosa pero inmejorable circunstancia del asalto de una turba en la sede del Capitolio por adictos a Donald Trump, para consumar la destitución del mandatario. De hecho, ella misma ha enviado una comunicación, en su alto cargo legislativo, al vicepresidente Mike Pence, para que, invocando la Enmienda 25° de la Constitución, declare “No Apto” al mandatario, con lo cual quedaría inmediatamente apartado del cargo. Pero no sería tan fácil. Pence, antes tendría que conseguir una mayoría en el gabinete, y mientras pasan los días para el final del mandato de Trump -le quedan 8-, se ve más difícil. Si la alcanza, tendría que esperar a que Trump, no responda dentro de los 4 días siguientes para tener certeza de su falta de idoneidad. Trump, seguramente lo va a hacer, y la pretendida enmienda, entonces, se caería inmediatamente, y su forzamiento podría ser aprovechado por Trump para victimizarse pues fue pensada para una incapacidad física o mental del mandatario de turno y la verdad es que se vería muy forzada. Los demócratas tienen otra posibilidad: arrastrar a Trump a un segundo juicio político durante su mandato. En la Cámara de Representantes, donde tienen mayoría, será muy fácil aprobar (218 votos de 435: mayoría simple), su pase al Senado por delitos como sedición o insurrección. No le veo la misma suerte a sus desesperadas maniobras en la cámara alta en la que, no obstante también contar con mayoría simple (51) no llegan a los 2/3 (66) que se requiere para la destitución del magnate neoyorquino. Con el Senado en receso y el tiempo en contra -solo podrán hacerlo durante su administración-, parece que no podrán destituirlo pues luego del 20 de enero, que asume Joe Biden, ya no será presidente. Es probable que quieran inhabilitarlo, que es distinto, una vez instalada la nueva administración en la Casa Blanca, a fin de asegurar de que no pueda postular a un segundo gobierno en 2024. Los demócratas deben sopesar los riesgos al mover sus fichas contra Trump pues, aunque parezca piñata por estos días, podrían terminar favoreciéndolo.