Hoy es un día histórico. El Perú celebra sus 200 años de Independencia. La situación no está para festejos desbordantes debido a la durísima realidad que atravesamos, pero queda la esperanza que todo cambie para bien.
Pertenecemos a un gran país de climas variados, de tierras fértiles y productivas y de gente corajuda que siempre se impone ante la adversidad. Por ello, creemos que volveremos a crecer.
Coincide este día con la asunción de mando de Pedro Castillo a la presidencia de la República. Tiene un desafío mayúsculo ya que debe actuar con rapidez y pragmatismo para adoptar las medidas adecuadas que permitan salir de la grave crisis por la que pasa el país.
Las prioridades deben ser continuar con la vacunación contra el coronavirus, mejorar el sistema de salud, reactivar la economía y solucionar los problemas de los servicios de educación. Estos deben ser los temas centrales en el inicio de su gestión. Es evidente que su motivación deben ser los logros en las cuestiones básicas que afectan el día a día de los peruanos. Para ello, el nuevo Jefe de Estado debe plantar cara a los que tratan de desviarlo del camino e imponer el principio de autoridad.
Es cierto que el país está dividido, pero para Castillo debe haber solo un bando, y es el de los peruanos que tratan de salir adelante con esfuerzo, en libertad y democracia. Hay que usar el poder dentro de las normas y leyes constitucionales establecidas.