La clase media avizora un futuro con signos perturbadores de desigualdad en la distribución de riqueza y paulatina extinción de las clases medias por estancamiento de los salarios, alta deuda de los egresados universitarios, caída en los niveles salariales y, además, empleos a tiempo parcial, aumento de los costos de la vivienda, atención médica y asequibilidad a la propiedad de una vivienda, todo lo cual caracterizan a un capitalismo que está destruyendo la movilidad social y económica y el sueño americano en su núcleo.
Michael K. Spencer sostiene que el capitalismo favorece un sistema donde los ricos se hacen más ricos y los pobres se empobrecen o quedan atrapados en el 30% inferior ("Millennials Signal the New Society: The American Affordability Crisis is the worst kept secret in history", 17/06/2019).
Alude, además, a crecientes problemas de salud mental relacionados con la adicción tecnológica, la epidemia de soledad por aislamiento sin contar con sistemas de apoyo institucionales. Cada vez más millennials están muriendo por desesperación, por consumo de drogas, alcohol y suicidios. Es una generación de jóvenes propensos a ser pesimistas sobre el futuro de la humanidad, que confían poco en el capitalismo y la democracia.
Entre el 2007 y 2017, los adultos de 18 a 34 años aumentaron en 69% las muertes relacionadas con el alcohol, 108% por drogas y 35% por suicidio.
Para Spencer, este capitalismo cada vez más controlado por unos pocos multimillonarios propietarios de compañías todopoderosas, que ni siquiera están reguladas, está creando un caos con consecuencias impredecibles.