Hace pocos días leí un artículo de un exministro de Economía. Se trataba del mismo individuo que al ver un automóvil de lujo, “le picaba el ojo y le hincaba el hígado”. En dicho artículo, intenta destacarse con una serie de propuestas económicas completamente ajenas a nuestra realidad y diseñadas para países del primer mundo. Plantea conceptos abstractos, nuevos motores económicos y subvenciones masivas, cuyo significado solo conocen sus amigos del círculo oenegero. Se trata, pues, de otro invento intelectual que suena bien en papel, pero que entra en conflicto cuando intenta aplicarse a la realidad, generando millonarios gastos en consultorías, talleres y validaciones mediante políticas públicas, programas y actividades gubernamentales.

En su análisis no menciona ni una sola vez a la minería como eje principal de la economía del país. Es decir, utiliza la retórica y demagogia propia de los zurdos que nunca han generado empleo para nadie y que viven como dioses, hablando y escribiendo sobre los pobres y sus pobrezas.

Los datos de la realidad desbaratan rápidamente estos argumentos. Según MINAGRI, en los cinco primeros meses del 2023 las agroexportaciones en total registraron ingresos por US$ 3,518 millones, en comparación con los US$ 20,206 millones de exportaciones en minería, según MINEM. Esto sin mencionar la cartera de proyectos de explotación en este sector, que alcanza una inversión total de US$ 53,715 millones.

A la izquierda y a los zurdos en general no les interesa el desarrollo ni la democracia del país; solo les importa, para su propio beneficio, crear ilusiones fantasiosas con construcciones intelectuales populacheras sobre un futuro mejor. ¡Ojo! Ahora están con la narrativa que Boluarte está aplicando una economía de derecha. ¡Falso! Lo que estamos viviendo es la consecuencia del desastrozo manejo económico durante los periodos de Vizcarra, Sagasti y Castillo y sus exministros de Economía. Solo los caviares pueden jactarse de tener doble moral.