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El artículo “The Future of Fake News” (Erin Wilkey, 12/12/2017) nos alerta de algo muy relevante: como el software, equivalente a un “photoshop del discurso”, permitirá tomar voces, imágenes, gestos, expresiones faciales y textos hablados de una persona, recomponerla al gusto del editor con manipulaciones difíciles de detectar y hacerlo circular como si fueran declaraciones verdaderas del autor.

Para los educadores que procuran asegurar que los estudiantes se formen para ser ciudadanos informados, estas nuevas tecnologías nos recuerdan la importancia de las noticias y la educación de alfabetización mediática y las dimensiones éticas que ello supone.

¿Cómo preparar a los alumnos para un mundo en el que nada puede ser confiable? Habría que ejercitar a los alumnos para preguntarse algunas cuestiones clave:

1. ¿Quién creó este mensaje? Para reconocer la visión del autor en función de sus antecedentes y agenda particulares. 2. ¿Por qué se está enviando este mensaje? ¿Es para informar, entretener o persuadir, o es una combinación de estos? Para entender los diversos motivos detrás de enviar un mensaje. 3. ¿Dónde se distribuye este mensaje? ¿Quién lo publicó originalmente? ¿Hay medios noticiosos de buena reputación distribuyendo el video? 4. ¿Qué técnicas se usan para atraer mi atención? 5. ¿Qué estilos de vida, valores y puntos de vista están representados o qué faltan?

Aunque suene reiterativo, ¿alguien realmente cree que concentrar a los alumnos en rendir pruebas estandarizadas de matemáticas y lectura con currículos tradicionales forma ciudadanos para el mundo que se viene?