Estamos completamente de acuerdo que el sistema de pensiones, tanto el privado como el público, requiere una reforma integral que garantice una jubilación digna a los peruanos, pero lo que quiere hacer la Comisión Especial de Reforma de Pensiones, liderada por la congresista y candidata a la vicepresidencia de la República por Alianza para el Progreso (APP), Carmen Omonte, es un despropósito.

Este proyecto es tan contraproducente que, con un inusitado reflejo político, el mismo líder de APP, César Acuña, se ha desmarcado de esta norma, aprobada en comisiones, y le enmendó la plana a su candidata a la vicepresidencia. Eso no es todo, la misma bancada de APP, a la que Omonte renunció, dijo, a través de su vocero, César Combina, que este proyecto no era una propuesta del grupo parlamentario apepista.

El proyecto, que al parecer ya perdió fuerza, era un misil dirigido a la línea de flotación del sistema privado de pensiones pues lo unía al sistema público bajo una entidad estatal y en la práctica creaba un impuesto al ahorro porque tomaba parte del dinero de los aportantes para colocarlo en un fondo común.

Todos debemos estar atentos a los proyectos que aprueban las comisiones para evitar que un grupo de parlamentarios hipoteque nuestro futuro.