Mientras el Gobierno mira para otro lado en el caso de Nicanor Boluarte y apunta al fútbol como cortina de humo, la violencia continúa imparable en las calles de nuestro país, el dengue tiene un incremento del 72% en todo el Perú y las lluvias comenzaron hacer estragos en el norte del país.

Es indudable que la prioridad del Gobierno debería ser resolver los problemas cotidianos que enfrentan los peruanos, en lugar de distraerse en otros asuntos. El aumento del dengue, por ejemplo, es un tema delicado que requiere una atención inmediata. Con más de 18 mil casos y 21 fallecidos en lo que va del año, las cifras superan con creces las de años anteriores en el mismo período.

Por otro lado, la situación en el norte del país merece una atención especial. Las obras de prevención, como el Sistema Alternativo de Almacenamiento y Evacuación de Aguas de Lluvias (SARE), presentado por la ministra de Vivienda, Hania Pérez, no han cumplido con su propósito ante las fuertes precipitaciones en Piura. La decepción y el descontento de los pobladores son evidentes, quienes califican la obra como un fracaso y exigen responsabilidades.

Es hora de que el Gobierno peruano retome el rumbo y priorice los problemas reales que enfrenta la población. La seguridad ciudadana, la salud pública y la infraestructura son temas urgentes que requieren una acción decisiva y coordinada.

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