El Ministerio Público inició investigaciones al presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, por las presuntas contrataciones irregulares que favorecieron a dos amigas de éste. Este es un nuevo escándalo que desacredita al Gobierno. Si la gente no tiene confianza en la capacidad del Ejecutivo para que sus promesas y proyectos se concreten, menos confianza tienen en la idoneidad, transparencia y honradez de los políticos que están encaramados en el poder.

Lo peor es que en este país tan dañado por la corrupción, las componendas y el negociado, es impredecible, y hasta inviable, para cualquier inversionista. La crisis moral afecta de forma directa a la economía y por ende a lo social.

Todos coinciden que saldremos de esta terrible coyuntura cuando haya un programa creíble y políticos honestos que lo lleven a cabo. Esperemos que aparezcan. Los que están hoy no garantizan un cambio, entre otras cosas, porque sus privilegios sigue boyantes y tienen como único objetivo saciar sus apetitos personales.

En tanto, este Gobierno no acompaña el sacrificio de los peruanos. No sabe a dónde ir ni cómo acumular fuerzas y capacidad para solucionar los problemas que afectan el día a día de la gente. Parece que su única preocupación es llegar al 2026 sin importarle en qué condiciones.

Alguien decía que de cada crisis profunda se sale con nuevos actores políticos y sociales. En nuestro país no ha sucedido ello. Siempre están los mismos y esto es lamentable. Es que en el Perú hay recursos y gente capaz, pero algunos políticos quieren quedarse solos para hacer de su cargo un negocio. El lucro fraudulento es lo único que les interesa.

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