Mientras en el Congreso se sustentaba la moción para el tercer proceso de vacancia presidencial, la OEA dio a conocer el informe preliminar de la visita que realizó al país luego que Pedro Castillo solicitara al ente panamericano la aplicación de la Carta Democrática y, en este documento, planteó a una “tregua política” y que se instaure el diálogo entre los tres poderes del Estado, entidades y partidos políticos.

Pero eso no fue todo, también se emitió el fallo del Tribunal Constitucional que admite a trámite la demanda competencial y el amparo presentados por el Parlamento para que el Ejecutivo suspenda las acciones luego de determinar, unilateralmente, como denegada la cuestión de confianza que presentó el entonces premier Aníbal Torres.

¿Estamos ante un empate técnico? o solo es una calma chicha antes que todo explote y que la crisis siga escalando.

El desgaste y hartazgo en la ciudadanía son más que visibles y mientras esto pasa en Lima, en el resto del país las protestas se salen de control. Por ejemplo, ayer, en el segundo día de protestas por la liberación de dos presuntos asesinos, desconocidos incendiaron la sede de la Corte Superior de Justicia de Ayacucho, en Huanta.

El país es un polvorín a punto de estallar y cabe preguntarnos a quién será el mayor beneficiado con esta crispación.

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