El Congreso de la República decidirá mañana si admite a trámite la moción de vacancia presidencial presentada contra la presidenta Dina Boluarte por “permanente incapacidad moral” debido a las muertes en las protestas contra su Gobierno. Si bien es cierto que este es un mecanismo constitucional y de control político, su mal uso y abuso genera inestabilidad política.

Al respecto, la mayoría de congresistas estima que es fundamental respaldar la gobernabilidad y neutralizar así el advenimiento de una nueva crisis, que a estas alturas será de insospechadas consecuencias. Incluso, muchos sostienen que es un nuevo intento del extremismo para desestabilizar el Gobierno.

Frente a este panorama, todo indica que no se llegará a los 52 votos para que la presidenta de la República se presente en el Hemiciclo y se discuta su destitución.

Es cierto además que algunas bancadas usan el recurso de la vacancia para beneficio de su propaganda política. En este caso reclaman por las muertes ocurridas en el país desde diciembre pasado. Es evidente que quieren jalar agua para su molino. Lo ideal en este escenario sería que los órganos de justicia de nuestro país investiguen estos sucesos y que se llegue a la verdad. Lo perjudicial es que algunos impongan el método abusivo de plantear medidas radicales, que lejos de solucionar los problemas del Perú, los agravan.



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