Esta semana se instaló en el Congreso de la República la Comisión especial encargada del seguimiento y lucha contra el cambio climático, la cual tengo el honor de presidir. Este encargo me ilusiona y compromete, pues no me queda la menor duda que el cambio climático es el reto que marca nuestra era y sobre el cual debemos también actuar con urgencia.

La crisis sanitaria y económica que estamos atravesando ha expuesto la magnitud de las falencias que arrastra el Perú, pero también nos alerta sobre el nivel de deterioro al que hemos llevado al planeta. Esta emergencia nos obliga a profundizar el debate sobre los errores cometidos en la construcción de nuestro modelo de desarrollo y sobre qué tipo de economía queremos ver reconstruida cuando pase la crisis. Debemos romper con la falsa dicotomía de la economía versus el medio ambiente, y crear un nuevo paradigma. Una “reactivación verde”, que impulse una economía circular basada en la sustentabilidad, la inclusión y el conocimiento científico.

La meta de la reactivación económica debe ser la construcción de un país moderno y de bienestar, que promueva la gestión de los recursos naturales de la mano con el desarrollo económico. El crecimiento no debe sacrificar el futuro de las siguientes generaciones sino, por el contrario, asegurarlo.

Esto requiere el esfuerzo de la sociedad civil, los poderes del Estado y también del sector privado. Juntos podemos lograr que esta “nueva normalidad” efectivamente sea nueva y se traduzca en un futuro mejor para todos. Seamos ambiciosos antes de que sea demasiado tarde. La historia será la jueza de nuestro trabajo.