La crisis económica, consecuencia de la pandemia, está significando un golpe muy duro para los peruanos y peruanas, en especial en lo referido al acceso al empleo formal. De acuerdo al Servicio de Asesoría Empresarial de Apoyo Consultoría, al cierre de este año se habrán perdido alrededor de setecientos mil plazas formales. Esta situación exige respuestas audaces. Las medidas de reactivación deben incluir el impulso de iniciativas económicas innovadoras.
En ese sentido, las políticas ambientales son una gran oportunidad. La agenda climática no solo es buena para el medio ambiente, sino también puede generar miles de puestos de trabajo sostenibles en todo el país. Es la hora de los empleos verdes.
De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entendemos por empleos verdes los puestos de trabajo que contribuyen a la conservación, restauración y mejora de la calidad del medioambiente en cualquier sector económico, permitiendo una mejor adaptación al cambio climático. En el Perú existen muchas oportunidades que se pueden aprovechar: en la industria forestal, en la transición energética hacia energías renovables no convencionales, en la restauración de ecosistemas degradados, en la formalización del reciclaje, por mencionar solo algunos ejemplos.
Aprovechar estas oportunidades requiere que actualicemos los anacrónicos paradigmas de “progreso” que aún tenemos instalados en nuestra sociedad, y que hacen que para muchos lo ambiental sea enemigo de la economía, ignorando tendencias mundiales claras e irreversibles. Promover los empleos verdes no solo permitiría ampliar y formalizar el mercado laboral en todo el país, sino también transitar al mismo tiempo a una economía más sostenible, acorde al reto enorme que significa el cambio climático para nuestro país.