Existe una tendencia internacional en el mundo empresarial que cada día gana más entusiastas: las empresas con propósito. Estas empresas traen un nuevo paradigma de negocio, en donde, junto al fin de lucro, se establece como fin contribuir a la solución de los problemas sociales y ambientales de la comunidad. Se llaman empresas de beneficio e interés colectivo (BIC) y son una respuesta del sector privado a los retos que implican los nuevos tiempos.
Empresas que promueven la inclusión laboral de personas vulnerables, marcas de ropa ambientalmente responsables, industrias cafetaleras con comercio justo, emprendimientos gastronómicos que generan cadenas de valor, venta de productos orgánicos que promueven la asociatividad en zonas rurales. Todos son ejemplos de negocios con propósito, donde ganar dinero va de la mano con la promoción del bienestar de las personas y el ambiente.
En el Perú, tenemos listo el proyecto de ley que reconoce a las empresas BIC. Ya tiene dos dictámenes aprobados por unanimidad y estamos esperando su debate en el pleno del Congreso. Al aprobarse, se le dará identidad jurídica a estas empresas, regulando las responsabilidades y obligaciones de los administradores y directores, así como estableciendo altos estándares de transparencia organizacional.
El proyecto de ley ha generado gran interés, especialmente en los jóvenes. Son muchos los emprendedores sociales en todo el país que vienen trabajando con este nuevo ADN empresarial y que esperan una ley que los identifique, ordene y promueva. Además, existe en el mercado muchos consumidores que buscan favorecer estos esfuerzos. Ayudemos desde el Congreso a impulsar este importante cambio que favorecerá a la economía y a la sociedad.