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Los jóvenes vestidos de blanco y con una pañoleta roja en la cintura hoy corean “Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril ... (pausa) ... cinco de mayo, seis de junio, siete de julio. ¡San Fermín!”. Así es la fiesta en Pamplona, España, que ayer ha celebrado su día central, y cuyo origen medieval ha hecho famoso al esperado encierro de los toros, que luego son soltados por las principales calles de la ciudad desde las 8 a.m., recorriendo 849 metros por delante de los toros. Comienza con el denominado “Chupinazo”, que se realiza desde el balcón de Pamplona, en honor a San Fermín de Amiens. La festividad la hizo famosa el Nobel Ernest Hemingway y la de ayer, en la capital de Navarra, puede llegar a contar más de un millón de personas; además, del encierro cuentan los actos religiosos en honor de los santos, que se realiza desde el siglo XII, así como las esperadas ferias comerciales y las imperdibles corridas de toros.

La tradición de los sanfermines llegó al Perú con los españoles y basta mirar en nuestra hermosa serranía como los altoandinos recrean acrobacias y alegorías provocando al toro, para comprender que parte del sincretismo peruano-español lo encontramos en las referidas fiestas religiosas y en las manifestaciones del folclor. San Fermín es universal, y los amantes de la tauromaquia jamás se la suelen perder. Es única en su género y le promueve a España importantes ingresos que no se vuelven a repetir durante el año, sobre todo considerando que la península vive del turismo, es decir, se trata de su primera fuente de ingreso nacional. Luego de que España -Mariano Rajoy era presidente del Gobierno- coadyuvara para que el Perú obtuviese la exención de la visa Schengen en 2016, permitiendo que nuestros nacionales se desplacen sin problemas por el territorio de la Unión Europea, son muchos los peruanos que viajan para participar de San Fermín; hagamos lo mismo para que los europeos y de oros lares vengan a nuestras fiestas en Cutervo o Chota, en Cajamarca, donde ya contamos con extraordinarias fiestas de toros. Las tradiciones de un pueblo se cultivan permanentemente para que perduren en el tiempo. El Perú las tiene como España. Volquemos, entonces, políticas públicas para potenciar el turismo nacional.