La elección del “morado” Francisco Sagasti como titular del Congreso para que de inmediato asuma la Presidencia de la República hasta el 28 de julio del próximo año, ha sido la mejor salida en medio de la crisis generada tras la vacancia de Martín Vizcarra, con lo que se espera que la calma y la estabilidad se instauren nuevamente en el Perú, en momentos que afronta serios problemas.
A partir de hoy, la administración de Francisco Sagasti, un académico moderado y alejado de todos los extremos -algo positivo para la actual coyuntura-, debe convocar a los mejores profesionales para armar un gabinete, esta vez sí de consenso y ancha base. Es lo que necesita el país para comenzar a salir de esta crisis tan compleja.
El nuevo gobierno interino debe de priorizar la atención a la crisis sanitaria por el COVID-19, así como a la situación económica. De igual forma, se debe velar por el estricto cumplimiento del cronograma con miras a las elecciones del 11 de abril, con lo cual los peruanos deberíamos cerrar una etapa negra para la estabilidad política que se inició en 2016.
Los retos son inmensos. Somos el país más golpeado en materia sanitaria y económica por la pandemia, al tiempo que la gente exige dar la vuelta a la página tras largos años marcados por la corrupción y la crisis política. En Correo tenemos la esperanza de que las cosas estén comenzando a cambiar.