El Perú no puede actuar con pasividad y desidia ante los intentos de dividir al país incluso política y geográficamente promovidos por Evo Morales, a quien hace tiempo se le ha debido prohibir el ingreso a nuestro territorio. Si quiere fraccionar y buscar conflictos al amparo de su ideología, sus traumas y sus complejos, que se quede en Bolivia o donde sea bien recibido. Acá, no.

Durante el régimen de Pedro Castillo, Morales entraba y salía del Perú y hacía lo que le daba la gana. Hoy eso tiene que cambiar. A nivel político y administrativo se tiene que actuar. Lo mismo a nivel del Ministerio Público, donde ya se ha abierto investigación a la gente de izquierda radical que sueña con ver a nuestro país dividido en dos.

Tengamos en cuenta que la movilización para mañana anunciada desde el sur del país tenía inicialmente un inaceptable planteamiento separatista. A último momento la propuesta fue retirada, pero la idea está vigente, esto con el apoyo de Morales quien hace poco tuvo el desparpajo de andar promoviendo una asamblea constituyente.

La democracia no puede ser ingenua ni tonta, y está obligada a actuar ante personajes que la pongan en peligro, y más aún si de por medio está la soberanía nacional que trata de ser puesta en peligro por un impresentable como Morales.



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