Uno
Muy temprano en su vida, primero, y en el Gobierno, después, la Presidenta del nacionalismo dio un golpe de Estado a Ollanta Humala. El putsch nadinista acabó con la soberanía de Ollanta y lo condenó al triste papel de convidado de piedra, menoscabando su liderazgo, mediatizando sus decisiones y cosificando su voluntad. Nadine Heredia ha destruido la soberanía de Humala, convirtiendo la investidura presidencial en un territorio invadido donde no rige otra ley que no sea la suya. El golpe de Estado se empezó a gestar cuando NALLANTA se casó. Humala es un presidente con soberanía recortada. Por eso, recuperar la dignidad de la Presidencia, la maiestas del cargo, es una de las tareas fundamentales que el próximo gobierno tiene que emprender. Combinar la frivolidad de la Presidenta con la debilidad de carácter del Mandatario ha producido, como bien apunta Diana Seminario, “el peor momento de nuestra democracia”. Por eso, peruan@, nunca olvides a los garantes. Sus cantos de sirena nos condujeron a este mar.
Dos
La guerra civil dentro del oficialismo debilita al país y nos arrastra a un año entero de impotencia. Lo que queda del humalismo se despedazará lentamente hasta desvanecerse en el aire, como toda entelequia oportunista que surge para canibalizar al Estado. Las peleas entre la vicepresidenta y el Primer Ministro son un síntoma claro de todo lo que se pudre en el nacionalismo. Tan grave es el hundimiento que un congresista como Abugattás funge ahora de Buda conciliador. El futuro del humalismo es tan evidente como tétrico: la cárcel y el cementerio.
Tres
Católicos, evangélicos y agnósticos unidos en defensa de la vida. Mira el video y compártelo: <https://www.youtube.com/watch?v=dOQ9eBvLnek>.