El barrio, distrito, provincia, región, país y el mundo está cambiando. Cuando se controle el virus Covid-19 nada volverá a ser lo mismo.

¿Cuándo será? interrogante que la humanidad se formula y no existe respuesta al momento, solo hay miedo y preocupación por lo que pueda pasar en las siguientes horas, días, semanas o meses. La guerra contra esta pandemia se libra desde diferentes trincheras, la misma que empieza en el hogar, donde familias cumplen la emergencia de aislamiento sanitario con “apoyo” solidario de las fuerzas policiales y armadas, que tomaron calles y vías para evitar que este mensajero de la muerte no avance, deteniendo a irresponsables que incumplen estás medidas necesarias.

En esta lucha existen héroes anónimos que día a día tienen que bregar en sus labores con el riesgo de contagiarse con la enfermedad, que ya mató a 18 en el Perú y cuya cifra amenaza dispararse esta semana. Quienes están en primera línea de trinchera, son los servidores de salud que trabajan sin las condiciones necesarias de seguridad, pero siguen atendiendo a los pacientes. Se suman a ellos policías y soldados, encargados del orden.

Sin embargo, no hay que olvidar a la gente del campo, como personas de otros sectores que forman parte de la cadena alimenticia, quienes luchan para que los productos de primera necesidad no falten en los centros de abastos. Ellos no desmayan para ofertar alimentos a precios que aún están al alcance, empero cuando falle el sistema de transporte entonces la situación puede agravarse.

Son tantos combatiendo y no podemos bajar la guardia, de lo contrario faltarán fuerzas para enfrentar lo que nos dejará el Covid-19 cuando sea derrotado: recesión y pobreza.